Capítulo 28

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No sabía si decirle a Gabriel o a Agatha sobre la nota pero sabía a la perfección que mi pulso estaba acelerado por completo y que Gabriel al salir de la ducha me preguntaría por qué estaba acelerada, intenté acompasar mi respiración con los latidos de mi corazón, rompí el papel con la nota y me senté en la cama con las piernas pegadas a mi pecho las abracé mientras que mi cerebro trabajaba en alguna alternativa para escapar de lo que posiblemente haría, pero no conseguía ninguna escapatoria, me debía encontrar con Danilo en aquella casa y enfrentarme a él, pero no iría sin antes estar preparada. Gabriel salió sólo con unos pantaloncillos de pijama y el pelo aún mojado, se me quedó viendo por un momento apoyado del marco de la puerta y se sonrió.

- Ve a ducharte. – Me lanzó una toalla seca y yo la atajé. -

- No eres mi padre para que me mandes a asear, además seguramente te gastaste toda el agua caliente. – Soné menos molesta de lo que quise aparentar, caminé hasta él con el ceño fruncido y él sonrió. -

Me escabullí dentro de la ducha quitándome lo que restaba de la ropa y la dejé en el suelo junto a la de él, dejé que mi piel se adaptase al agua caliente y relajara mis músculos; no sé durante cuánto tiempo me quedé así, pero el agua estaba enfriándose y me apresuré a terminar mí rutina de aseo, Salí solo con la toalla alrededor de mí cuerpo, busqué una ropa cómoda para dormir y mi ropa interior.

- Creí que dormirías en el inodoro. – De pronto Gabriel habló y me sacó de mis pensamientos, entré nuevamente al baño y me vestí. -

- Eres tan dulce y delicado, moría por escuchar tu sarcasmo. –Dije tirándole la toalla mojada. -

- Hace un rato estabas como acelerada ¿Esto tiene que ver con tu pulso acelerado? – Levantó restos de la nota, rayos. Espero que no se haya puesto a juntarlos, sentí que la sangre huía de mi rostro, mi pulso se comenzaba a acelerar de nuevo, respiré para tranquilizarme y poder responderle lo mejor que pudiese. –

- ¿Qué te da el derecho de registrar mis signos cardiacos y hasta mi basura? –

- Responde Elena, porque tu actitud defensiva deja mucho que pensar, y te conozco como para saber que algo te preocupa. –

- Me preocupa la situación en la que estamos. –

- Cuando llegamos estabas bien, y para ese momento estabas con mejor humor y actitud, además hay algo que no entenderías pero básicamente puedo oler los estados de ánimo y puede que los sentimientos como procesos químicos en el cerebro, y tú ahorita hueles distinto. – Me quedé un momento mirándolo sin saber que responderle, ni que hacer. Magnífico, no podía estar más expuesta. –

- Danilo. –

- ¿Danilo? El vam... - Susurró casi sin aire. -

- Sí, él me dejo una nota en el bolsillo de mis vaqueros, no la vi si no cuando llegamos, al quitármelos, la nota se cayó la leí y sentí como mi mundo se hacía añicos, me pidió que lo vea en la casa donde encontramos a Victoria, sabe de ella, sabe de ti, eso es todo, no puedo guardar un estúpido secreto. – Me acosté en la cama molesta y preocupada; Gabriel en silencio se acomodó a mi lado abrazándome y besando mi cabello. –

- Eres extremadamente terca. – Lo abracé y me quedé pegada a su pecho sintiendo como me invadía una sensación de protección y tranquilidad satisfactoria. –

- Eres un idiota, no quería decirle a nadie. – 

- No puedo creer que lo pienses en serio Elena. – Su cuerpo se tensó y no sé si es mi imaginación pero su temperatura aumentó drásticamente e instintivamente me alejé. –

- ¿Pensar qué? -

- Lo verás, ya tomaste la decisión; de verdad piensas ir sola y enfrentarte a él, si es que realmente es él, tú no sabes si es una treta de Victoria.-

Inmortales / (Edit)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora