d i e z | tanto

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no sé qué me pasa
pero, intento olvidarte
el sol sale y yo
no dejo de pensarte

♡⁀➷

cuando me encontré frente a su casa, miles de escenarios se albergaron en mi mente y ninguno era precisamente positivo. ¡por supuesto que no tenía sentido que me apareciera por ahí! sin mencionar que hoy no me tocaba cuidar al kai, por lo que no podía usar esa excusa tampoco.

tratarme de hueona era poco, ya había tocado el timbre hacía cinco minutos y no habían intenciones de que me quisieran abrir, ni siquiera le podía avisar que estaba afuera porque no tenía ni su número ni su ig.

inhalé con fuerza, las llaves de la casa del matías temblaban bajo mi mando y la inseguridad me estaba martillando la cabeza, y es que no era llegar y pasar a una casa ajena, por más que tuviera las llaves.

dudé. no éramos nada, si quiera amigos.

estaba puro dando jugo, eso era seguro.

pero su brazo..., no estaba bien, lo sabía.

mi corazón se disparó, iniciando una fuerte ráfaga de sensaciones nerviosas, comenzando a dolerme.
boté el aire contenido, quizás estaba durmiendo, o algo malo le había ocurrido, quizás se habia caído y ahora estaba inconsiente, o también...

mierda katia. concéntrate.

las llaves tintinearon aproximándose a la cerradura del portón.

era por una buena causa de todas maneras.

abrí sin mucha dificultad y tuve que soltar mi labio inferior del fuerte agarre de mis dientes, que sin darme cuenta comenzaba a hacerme daño de lo nerviosa que me encontraba. recorrí con lentitud el patio floreado y volví a reemplantearme lo que estaba próxima a hacer. estaba cagá de miedo, sabía que no estaba bien del todo y eso me ponía aún más los nervios de punta.

me pasé las manos por el buzo, secando el sudor que se había colado por ellas sin mi permiso.

tomé aire e hice una mueca al acercarme al pomo de la puerta principal. divisé la llave que le correspondía a la cerradura y silenciosamente la abrí, pestañee reiteradas veces y me quedé tiesa por unos minutos que se me hicieron eternos.

esperaba que aquella visita tuviera sentido, después de todo había rechazado la propuesta del uriel de ir a dejarme a mi casa, lo cual no fue para nada fácil, por dentro quería puro apuñalarme. ¡y es que no sabía cuándo chucha se me presentaría nuevamente esa oportunidad! además estuve a punto de comérmelo, ¿por qué mierda no me había lanzao'?

tan pava por la conchetumare.

crucé el umbral de la puerta mientras me autoputeaba y cerré tras de mí apenas entré de lleno.

ni un alma deambulaba en esa casa. fruncí el ceño. ¿habían dejado al kai solo?

guardé las llaves nuevamente en el bolsillo de afuera de mi mochila y dejé mis pertenencias sobre el sillón, retomando después el camino con cuidado sobre el piso flotante, aún sin escuchar ningún tipo de ruido. noté mi guatita revolverse, pero opté por ignorar aquello.

entorné los ojos en dirección al pasillo cuando divisé el pomo de la puerta del baño girarse, produciendo que retrocediera un paso con pánico, sin un color aparente en mi rostro, ya que estaba pálida del susto.

creí que los ojos se me saldrían en ese mismo segundo, cuando caché al matías saliendo del baño descalzo, con una toalla enredada al rededor de sus caderas. tragué grueso y mi pecho se hinchó en mi interior. de su pelo caían gotas y el torso lo tenía completamente descubierto, dejando expuesto su duro abdomen. 

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