o n c e | no me sueltes

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no sé si mientеs necesito claridad
y ponerle punto a mis asuntos
aunque a veces me pregunto ¿si vale la pena entregarte mi mundo?

♡⁀➷

matías


se quedó estática aún aferrada a mis brazos. los ojos le brillaron idos y las mejillas siguieron con su característico color guinda.

—emm... yo, creo que es mejor que me vaya—se alejó bruscamente. cuando logró levantarse del piso, dejó la compresa ya derretida sobre la encimera—, no debí venir—añadió con los nervios de punta y la cara tan colorada que me sentí como un ahueonao' por haber provocado que se avergonzara, cuando no era mi intención.

me levanté también a la siga suya.

—no digai eso—quise detenerla, sin embargo cuando cachó las intenciones que tenía de buscar su muñeca, me evitó y salió disparada hacia el comedor.

la seguí, pero se colocó la mochila en un solo hombro y luego tomó su polerón con torpeza.

—cuida tu brazo—me aconsejó. hice una mueca y quise hablar, pero se alejó lo suficiente, abriendo la puerta principal claramente escapando.

cerré mis ojos al oír la puerta cerrarse con fuerza y luego entrelacé mis dedos sobre mi nuca, uniendo mis labios en una fina línea, maldiciéndome.

no sabía cómo chucha explicar lo que había pasado recién.

arrugué mi frente pasándome una mano por la mandíbula cuando caché un brillo peculiar sobre la alfombra. entorné los ojos y me agaché a recoger la diminuta pulsera de plata que estaba tirada en el suelo.

era de ella.

era una pequeña cadena de corazones, la miré por un rato acordándome de la katia y después la guardé en el bolsillo de mi buzo.

me pasé una mano por el cuello frunciendo los labios, la había re contra cagao'.

me eché en el sofá, resignado; lo que había sucedido no estaba bien, ni siquiera tenía sentido, ella estaba en otra, y yo también.
aparte esa hueá que le dije al final pa' rematar, ni yo me entendía, me desconocí en ese momento, si jamás ponía atao pa' comerme con alguien, pero por alguna razón quería que ella quisiera de verdad ese beso, y no fuera una hueá pal rato nomás, no estaba ni ahí con que después se arrepintiera si pasaba algo entre los dos, o que las cosas se tornaran incómodas.

de todas formas, no podía involucrarme con la katia, a ella le gustaba el uriel, y yo no pintaba nada ahí.

comencé a mover mi pierna derecha de arriba abajo con ansiedad, quizás no debí haber permitido que se fuera así. apoyé mis codos sobre mis rodillas.

putaoo que me cargaba darle vueltas a las hueás.

iba a levantarme pa' virarme a mi pieza, cuando el sonido de la puerta abrirse irrumpió en la sala, provocando que mis ojos viajaran a mi mamá. traía consigo unas bolsas y una caja de pizza

—hola bubu—me dio un beso sonoro en la mejilla y luego me abrazó por el cuello con la ternura de siempre. chasquee la lengua ante el apodo, pero no me permité alegar más porque le devolví el abrazo y su perfume tan familiar y nostálgico me devolvió en el tiempo como siempre—¿cómo te fue hoy día?

tomé las bolsas que traía y luego ojee la caja de pizza que había dejado sobre la mesa. sonreí, vegetariana, como me gustaba.

—piola. ¿y a ti?

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