d i e c i s i e t e | CON LOS AROS 22

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shorty, solo toy a un mensaje
de que te pierda' conmigo en un viaje
no te vas a arrepentir
chica, solo confía en mí, que esto no se va a repetir

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no paré de darle vueltas al tema durante todo el finde, sin evitar preguntarme qué iba a pasar con la amistad que nos unía con el uriel. quizás por eso deseaba tanto hablar las cosas, para rechazarme y decirme que no estaba ni ahí conmigo y que más encima besaba como el hoyo. ¡no cabían dudas!

y yo me negaba a oír aquello. me daba miedo, más de lo que me gustaría admitir. no estaba preparada, pese a que ya habían pasado tres días desde mi bochorno.

quise faltar, pero habría sido demasiado notorio que lo estaba evadiendo, más aún cuando no respondí ninguno de sus mensajes durante todo el finde.

sin embargo, estaba atrapada. sentía su intensa mirada sobre mi nuca y solo me quedaba lo que restaba de clase para seguir evitando lo que tarde o temprano sucedería.

—entonces, ¿qué veremos en la clase de hoy?—se paseó el profe por el pasillo mientras jugueteaba con un lápiz. lo observé de reojo tratando de concentrarme en lo que estaba comunicando—evaluaremos los diferentes tipos de argumentos presentes en textos filosóficos, y fundamentaremos su validez o carácter falaz, considerando referentes teóricos, empíricos y del sentido común para apoyarlo refutar una tesis. ¿les parece?

suspiré. ni siquiera podía retener lo que estaba oyendo de lo ida que estaba.

—no deberiai atraparte tanto—aconsejó la amelia a mi lado. me quedé viéndola sin entender el por qué de su consejo, a lo que rió—, eri demasiado evidente, amiga.

en mi rostro se dibujó el sufrimiento y luego me tapé el rostro con las mangas de mi polerón.

—es que se me hace imposible no darle tantas vueltas, me siento rara... no sé—hablé bajito pa' que no nos paquearan.

—¿rara en qué sentido?—curioseó con las cejas ligeramente fruncidas—¿no te gustó el beso, acaso?

—¡no!—me apresuré a aclarar altoque—, no es eso, solo que...—dejé las palabras al aire. y es que ni yo entendía el por qué de mi remordimiento, ni de la confusión que me tenía tan absorta. era extraño, además de que jamás me había pasado, por lo que no sabía cómo sobrellevarlo para intentar sentirme un poco más tranquila.

inquietud. amargura. felicidad.

jamás creí posible sentirse así de dividida por aquellas emociones tan contrarias.

¿lo peor? ni siquiera sabía cuál era la raíz que desencadenaba todo eso.

—¿solo que...?—me insistió tan atenta que hasta me sentí mal por no saber cómo explicarme.

me encogí sobre mi asiento jugueteando con la basta de mi falda.

—siento un poco de ¿remordimiento?—entorné los ojos confusa al confesarlo en voz alta—, sí, creo que eso podría definir de mejor manera como me siento, pero me está volviendo loca el no saber por qué—admití mordisquiándome el labio—, quizás porque andaba puesta o...

—por una tercera persona—me interrumpió con el rostro tan serio que me sentí por un segundo atrapada y mi rostro enrojeció sin mi permiso, aunque duró la nada, porque apenas retuve lo que estaba oyendo, me horroricé y moví la cabeza en negación absoluta.

—obvio que no—me negué más a mí misma que a ella—esa no es una opción.

—¿y por qué no?—cuestionó como si fuera lo más normal del mundo lo que estaba insinuando —seria válido también que fuera por otra persona que te sintieras así.

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⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

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