Maya fue avisada de que en dos días harían público su separación del grupo Ten-yo, así que se sentía algo ansiosa y aliviada de que ya no estuviera ligada a los problemas de su familia.
— Hoy hice el desayuno —Maya sonrió sirviendo la comida.
— ...ya sé porqué ese tipo quería estar conmigo —.
— ¿Enserio? —preguntó la castaña sirviendo jugo.
— La abuela tenía escrito nombres y un poco de sus recuerdos en una libreta. El presidente del grupo Himura vendría a ser mi abuelo, sí es que él lo considera, podría ser la siguiente en tomar su lugar, Okumura quería poder —.
— ... —.
— Y tú lo sabías,... lo sabes, por eso quieres estar conmigo —.
Maya se sentó frente suyo— hace poco me enteré de eso, pero no es la razón por la que quiero estar contigo, no me interesa el poder, soy una neurocirujana prestigiosa, me hice conocida por mi esfuerzo, no por pertenecer a un grupo. No necesito casarme con otro heredero, puedo vivir tranquilamente de mi profesión —.
— No te creo —.
— Iba a decirte la verdad, pero ocurrió lo de la abuela, así que supuse que lo sabrías sola. Además, con justa razón no mencioné ese tema, si lo hubiera echo sería muy sospechoso —.
— En algún momento te irás, nada nos une y no pienso hablar con la familia Himura —.
— ...lo sé, nada nos une, pero tampoco quiero hacer algo que no quieras, y hasta donde sé, no querías que te marcara ni querías un cachorro, así que yo respeto eso. Más bien quería hablar de otra cosa, será cuando terminemos de comer —.
La rubia asintió.
Al término de la comida, Claudine se fue al baño, pero después de quedó dormida en su cama.
Después de mucho rato, la castaña fue a ver a Claudine, no entendía su tardanza y le preocupaba que hiciera algo malo.
Pero se sentía aliviada al verla descansar.
No estaba segura si el celo volvería, pero por si acaso, fue por unos supresores para omega y lo dejó en la mesita de noche de Claudine.Iba a irse, pero la rubia tomó su mano.
— Quédate —.
— ¿Qué pasa? —.
— Acércate,... tengo que decirte algo —dijo suspirando.
— Me preocupa este ciclo irregular,... creo —dijo acercándose.
La rubia se acercó un poco a su oído— ...no te vayas... —seguido, la mordió.
Aquella mordida no fue ocasionada por accidente, la rubia lo hizo estando medio consciente de las consecuencias.
No había medicamento que detuviera los efectos de la mordida de omega, intentó con calmantes de alfa extra fuerte que tenía siempre en el bolsillo de su pantalón , pero aún así no hizo efecto.
La rubia se enderezó y se quedó sentada en la cama mirando al suelo.
— ¿Porqué lo hiciste? —cuestionó mientras sus sentidos se hacían más sensibles.
— ...si te doy un cachorro,... no te irás ¿Verdad? Por lo menos te quedarías por tu cachorro... —.
— No es tan simple, la mordida nos devuelve a un estado casi primitivo,... no hay autocontrol... —su respiración se hizo más agitada—...los omegas ya casi...no pueden hacer eso... porque es rudo y... salen lastimados —.
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La suerte del destino
FanfictionUna médico alfa se encargaba de cuidar de un paciente beta que fue abandonada por su familia, cuando ya no podía hacer más recibe órdenes de darle el alta, sabiendo que su paciente terminará en la calle es que retrasa el alta lo más que puede y con...