Problema de hermanos

31 4 2
                                    

Kai se estaba hiperventilando.

    — Me da algo, me da algo —decía alterada.

Kaori la tomó de los hombros y la miró con seriedad— cálmate, solo respira —.

La respiración de la rubia parecía ser de un globo desinflándose, lo que provocó una pequeña risa en Kaori.

    — YA! DEJA DE HACER ESE RUIDO —Kaori le gritó, ya que era un momento preocupante.

    — Me muero si me da algo,... que diga, a mí me da algo,...me muero si le pasa algo —estaba más abatida.

    — Hablamos de un niño más listo que tú ¿Dónde pudo ir? —.

    — ...no lo sé,... no conozco mucho sus gustos —recién reflexionó eso, había pasado mucho tiempo con Lohan, pero no se tomó la molestia en conocer sus gustos— ...soy una hermana terrible —.

    — Lo único que nos queda es llamar a alguna de tus madres —.

    — JAMÁS. No pueden saber, verán que soy más irresponsable de lo que demuestro —.

    — Necesitamos más ayuda, no podremos la dos —insistió— llámalas ahora —.

Kai sostuvo su celular con terror, no se imaginaba lo que pasaría si les decís a sus madres que perdió a Lohan.

***

    — Te dije que no comieras si ibas a subirte a ese juego —reprochó Hikari.

    — ...ya no quiero nada —Karen estaba con náuseas.

El movimiento del juego al que subió fue tanto que se fue corriendo a un baño a vomitar.

Hikari se había ido a comprar algo para comer, así que esperó cerca como para no perder de vista a Karen.

Cuando Karen salió de los baños, se dirigió con Hikari y le quitó su botella con agua para quitarse el mal sabor de la boca.

En lo que tomó asiento y miró todo el parque de diversiones, vio una figurita escondida detrás de una boletería.

— Es mi imaginación o eso se movió —señaló.

Hikari miró al sitio mencionado y señalado— parece alguien —.

— Mmmm —.

Por varios minutos Karen miró fijamente a ese lugar y se dirigió ahí por la curiosidad.

No pensó que su suposición fuera certera, era un niño pequeño quien estaba oculto.

    — ...hola ¿Te perdiste? —dijo siendo amable.

El niño no contestó, se quedó quieto.

    — Tus padres deben estar buscándote por todo sitio, puedo ayudarte —.

    — No quiero —respondió el niño— no me buscan —.

    — ...¿En serio? ¿Cómo te llamas? —.

    — ... —Lohan no confiaba fácilmente en otro y no le gustaba decir su nombre.

Unos pasos más se escucharon— ¿Qué sucede? ¿Qué haces? —.

Lohan elevó la vista y reconoció a la persona ahí.

    — ¿Eh? Este niño se perdió, creo —respondió Karen.

Hikari miró al Niño y después de varios segundos lo reconoció— ...espera, ¿Tu no eres el hijo de Maya? —.

El niño desvió su mirada.

La suerte del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora