Hermanos (1/3)

31 4 3
                                    

Tetsu mantuvo distancia de Lohan y Kai.

Estudiar medicina no tenía nada que ver con su lejanía a sus hermanos.

Lohan pagaba todos sus estudios por obligación, aunque no era su dinero, sino la parte que le tocaba a Tetsu pero que Lohan administraba, ya que era el presidente de Kogyon.

Al igual que sus hermanos, ella era alfa, se mantenía alejada de pacientes omega por razones obvias y tenía cuidado con su ciclo de estro.

Algo que siempre supo fue que, el día que quisiera formalizar, al igual que Kai, debía tomar el apellido de su pareja, todo con el fin de que el apellido Tendo quede para el presidente de Kogyon.
Así que Tetsu no tenía prisa, mantener su apellido le era prestigioso aún y mientras más durara eso, mejor le iba.

Ella no tenía interés en una pareja, pero sí analizó un poco a las parejas de sus hermanos.

Kaori era una omega muy amable y gentil, pero cuando se enojaba podía dar miedo, no tenía ni un pelo de tonta, incluso en su astucia podía convencer a Kai y cegarla completamente.
Kai muchas veces dijo que le gustaba cuando Kaori era más ruda, ya que por alguna razón le atraía bastante.

Satomi era una beta amable y educada, rápidamente se dio cuenta que usaba una fachada de buena persona, y que realmente era manipuladora y cruel si quería.
Le desagradaba, ya que consideraba a su hermano muy noble e ingenuo para esa mujer, así que una esposa como Satomi le traería problemas a su hermano en el futuro .

Su principal desinterés en el amor fue eso, temía casarse con alguien como Kaori o Satomi, ya que no quería ser controlada por personas así.

Kai se parecía más a su bisabuelo, quizá fue por que convivió más con él, y hasta donde supo, el bisabuelo era muy calculador y frío en varias ocasiones.
Lohan se parecía más a Maya por lo noble que era, tanto en trato a su esposa e incluso en la crianza de Noriaki, su sobrino, hasta ese entonces.
Lo curioso le fue el tipo de pareja que tenían los dos; tanto Kai como Lohan tenía parejas de extraño carácter que los apoyaban de alguna forma, pero que también podían ser espadas de doble filo.

¿Gracioso no? Su madre Claudine solía ser así cuando se portaban mal, solía asustar.

Mientras descansaba un par de segundos, un residente entró en la sala.

— Es un día bastante tranquilo, eso es bueno —sonrió.

Todos los presentes lo miraron de mala forma.

— ¿Qué dije? —cuestionó con susto.

Otro médico intervino— nunca, jamás en toda tu vida debes decir algo así —.

A los pocos segundos una enfermera entró anunciando la llegada de pacientes que participaron en un accidente.

— Por eso es prohibido —recalcó el médico.

Todos salieron para ponerse más al tanto del accidente y preparar lo que por llamada avisaron los paramédicos.
Para buena suerte de Tetsu, no tuvo que recibir pacientes del accidente.

Los días pasaron monótonos y a veces muy agitados, aunque para sorpresa suya, llegó un joven de su edad masomenos.

— Recibió un impacto de bala en el corazón, aunque las monedas en su bolsillo redujeron la velocidad de impacto, aún así revísalo —indicó una enfermera.

La suerte del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora