Two

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Cuando se detuvieron en el almacén de piensos del pueblo, SeHun bajó y JunMyeon se quedó en la camioneta. Habían pasado tantas cosas en las últimas horas, desde que había bajado del avión, que en esos momentos en que estaba tranquilo y podía reflexionar no estuvo seguro de querer hacerlo.

Se miró la mano izquierda y vio la sencilla alianza de oro que SeHun le había puesto durante la ceremonia, que simbolizaba el paso de una vida llena de lujos a otra vida como esposo de un ranchero. Aunque eso no le importaba. JunMyeon pensaba que el dinero no era lo más importante en la vida. De hecho, prefería no tener que relacionarse jamás con gente rica, ya que había aprendido por las malas que, cuando se había quedado sin dinero, también habían desaparecido todos sus amigos.

Pero ya nada de eso importaba. Había cambiado una vida sin amor por otra. Por supuesto, legalmente tenía un mes para decidir si quería seguir adelante con aquel matrimonio, pero no había ninguna garantía, aunque decidiese hacerlo, de que SeHun y él terminaran enamorándose.

JunMyeon había tenido la esperanza de conocer algún día a alguien que lo amase de manera incondicional, pero, al parecer, no iba a ocurrir. En su desesperación por marcharse de Gangnam, había accedido a casarse con SeHun para resolver rápidamente su problema. Y aunque el comienzo no era precisamente de cuento de hadas, estaba decidido a intentar que su matrimonio funcionase. Había dado su palabra y no pretendía faltar a ella.

Suspiró y miró por la ventanilla. La mayoría de las personas que no eran felices en el amor solían consolarse con el amor que recibían de sus padres. Pero JunMyeon solo tenía malos recuerdos de sus padres.

Clavó la vista en las montañas e intentó tragarse el nudo que tenía en la garganta. Su nacimiento había terminado con la vida de su otro padre, y Lee Sungsoo no había sido capaz de perdonarlo por ello. Ahora ya no estaba allí, así que ya no existía ni la más mínima posibilidad de que eso ocurriera.

JunMyeon había tenido una niñera, sí. Sunny que lo había cuidado bien, pero no había sido como tener una madre o el amor de un otro padre. Para Sunny, JunMyeon había representado un trabajo y un modo de escapar de la pobreza en la que había crecido.

–¿Ocurre algo? –le preguntó SeHun al volver a la camioneta.

Perdido en sus pensamientos, JunMyeon no lo había visto volver.

–Estoy un poco cansado, nada más. –mintió–. Debe de ser por el viaje.

–¿Por qué no te duermes un poco? –le sugirió SeHun–. Hay tiempo de sobra. Tenemos dos horas de viaje hasta el rancho.

–No voy a poder dormir. –comentó JunMyeon, señalando las montañas–. No quiero perderme el paisaje. Es impresionante.

SeHun lo miró con extrañeza.

–¿Lo dices en serio?

–Por supuesto. Me parece un lugar increíble. Las montañas son fascinantes y todo, en general, parece sacado de una tarjeta navideña. –comento JunMyeon emocionado.

–¿No te molesta la nieve? –preguntó SeHun.

–En absoluto. –respondió JunMyeon–. En Gangnam casi nunca nieva y, cuando lo hace, es solo un poco y no dura más de un día.

–No sé si recuerdas que te conté que el Oh-farm está en un valle aislado. –le recordó SeHun–. A veces, en invierno, nieva durante una o dos semanas seguidas. ¿Estás seguro de que no va a importarte?

–No, siempre y cuando pueda salir a hacer un muñeco de nieve de vez en cuando. –dijo JunMyeon–, pero creo que ya hablamos de esto la primera vez que me llamaste SeHun. ¿No me creíste cuando te dije que no me importaría?

BROKEBACK MOUNTAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora