Thirteen

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A JunMyeon le temblaron las rodillas y se le olvidó de lo que quería decirle. En esos momentos, lo único que importaba era el hombre que tenía delante y lo que estaban a punto de compartir.

SeHun lo guio por el pasillo hasta su dormitorio y a JunMyeon se le aceleró el corazón. Había esperado toda la vida a aquel hombre y aquel momento. Tal vez SeHun fuese millonario, pero también era un hombre honesto, trabajador y que había sido más considerado con JunMyeon que nadie en toda su vida. JunMyeon estaba seguro de haberse enamorado de SeHun.

SeHun abrió la puerta, lo llevó hasta la cama y encendió la lámpara de la mesita de noche, y JunMyeon se dio cuenta de que SeHun iba a hacer realidad la promesa que le había dicho el día anterior. Iba a volver a estar en su cama y ambos iban a estar desnudos. La idea le causó calor.

–conejito, mírame. –pidió SeHun.

JunMyeon levanto la vista y la mirada de SeHun era tan intensa que le corto la respiración.

–No te preocupes por la protección. –le dijo SeHun–. Yo me ocuparé de todo.

–Gracias. –susurro JunMyeon.

Aquel era un tema en el que JunMyeon no había pensado, pero, a pesar de querer ser padre algún día, sabía que aquel momento tal vez no fuese el mejor. Su relación necesitaba más tiempo como pareja antes de formar una familia.

–Ayer te quité la ropa. –le dijo SeHun–. Hoy te toca a ti quitármela a mí.

JunMyeon supo que SeHun estaba permitiendo que fuese él, el que marcase el ritmo, y que quería que estuviese cómodo con la decisión de compartir su cuerpo. Y con ese acto JunMyeon lo amo todavía más.

JunMyeon le desabrochó la camisa y poco a poco, fue sintiéndose más seguro, así que cuando llegó al cinturón, no dudo ni un instante. Le toco el vientre a SeHun y este contuvo la respiración y cerró los ojos. A JunMyeon le encanto que un hombre le importaba tanto lo desease así.

Terminó de quitarle la camisa y le quitó también la camiseta que llevaba debajo. SeHun tenía el pecho muy bonito y JunMyeon paso el dedo índice por él y se detuvo en el ombligo.

–Tienes un cuerpo muy bello. –le dijo JunMyeon, inclinándose a darle un beso antes de seguir bajando con el dedo hasta la cintura de los pantalones.

–Me habían dicho muchas cosas. –respondió SeHun riendo–, pero es la primera vez que me llaman bello.

–Es la verdad. –le aseguró JunMyeon fijándose en el bulto de sus pantalones–. Oh, Dios mío, espero que no...

–Yo me ocuparé de esto. –le dijo SeHun, bajándose la cremallera con cuidado–, pero lo estabas haciendo muy bien, puedes continuar.

JunMyeon lo ayudo a bajarse los pantalones. SeHun se deshizo de los vaqueros y JunMyeon llevó las manos a la cinturilla de los calzoncillos. La prueba de su deseo era innegable.

JunMyeon se concentró en quitárselos y en deshacerse también de los calcetines y no lo miró hasta que SeHun no estuvo completamente desnudo. Entonces, retrocedió un paso y contuvo la respiración. SeHun era increíble. Un hombre perfecto. Y muy excitado.

–Ya estamos iguales. –comentó SeHun abrazándolo.

–No sabía que fuese una competición. –respondió JunMyeon sonriendo.

SeHun sacudió la cabeza.

–No lo es conejito. Solo quería que te sintieses más cómodo siendo yo el primero en desnudarse.

BROKEBACK MOUNTAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora