Six

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–Yunho, no sabes cuánto te agradezco que me hayas enseñado a alimentar a las terneras. –le dijo JunMyeon limpiando los cubos que había utilizado para hacerlo–. Molly y Byun son adorables, y me encanta tener que ocuparme de ellas.

Yunho se echó a reír.

–¿Ya les has puesto nombre? –pregunto Yunho sorprendido.

–Todo necesita un nombre. –le dijo JunMyeon.

–Bueno, pues lo has hecho muy bien, llames como las llames. –le dijo Yunho–. Por suerte, ya habían crecido un poco cuando perdieron a sus madres. La semana que viene podrán empezar a comer grano y eso hará que sea mucho más sencillo alimentarlas.

Yunho había sido muy amable con JunMyeon, enseñándoselo todo, y JunMyeon pensó que le debía una explicación.

–Supongo que te preguntas por qué le dije a SeHun...

–Te voy a decir una cosa, JunMyeon. –lo interrumpió Yunho–. Se me da bien juzgar a la gente, y he sabido desde el principio que eras una buena persona. Tienes motivos para querer estar aquí, pero no son asunto mío. Estás ayudando y esforzándote en aprender. Pero, es con SeHun con quien debes hablar de eso.

Yunho echó a andar hacia la casa y después añadió:

–Ahora, vete a ayudarlo mientras yo doy de comer a los caballos. –señalo Yunho–. Luego volveré a la casa, porque el frío está haciendo que mi artritis empeore. Además, tengo que pensar qué voy a darles esta noche de cenar.

–Gracias otra vez, Yunho. –le dijo JunMyeon, acercándose a abrazarlo–. Hasta luego.

Mientras iba hacia el establo en el que estaban los tractores y los todoterrenos del rancho, JunMyeon no pudo evitar preguntarse por qué su padre Sungsoo no podía haber sido como Yunho. En el poco tiempo que llevaba en el rancho, Yunho había sido más amable con JunMyeon que su propio padre, Lee Sungsoo, en toda la vida.

Entró en el establo y se sorprendió al ver todos los vehículos que había ahí.

–¿Cómo están las terneras? –preguntó SeHun.

–Están bien. –le respondió JunMyeon, acercándose a SeHun, que estaba agachado junto a una de las ruedas delanteras de un picop rojo–. Las he llamado Molly y Byul.

SeHun lo miró por encima del hombro y sonrió.

–No intentes hacerlo con todo el ganado. Te quedarías sin nombres. –bromeo riendo.

–¿Qué estás haciendo? –pregunto JunMyeon.

–Estoy conectando los cubos de bloqueo. –le respondió SeHun–. Los todoterrenos nuevos los tienen automáticos, pero este, no.

–¿Y por qué no utilizas uno de ellos?

–Porque anoche volvió a nevar y este coche es más alto, avanzará mejor por los pastos. –explico SeHun.

–¿Y no tendría más sentido utilizar un tractor? –pregunto JunMyeon nuevamente.

SeHun negó con la cabeza.

–No sabía que supieses conducirlo. –susurro SeHun sorprendido.

–¿Voy a conducir yo? –preguntó JunMyeon asustado.

SeHun asintió.

–Yo voy a lanzar heno mientras tú conduces. –señalo SeHun.

JunMyeon pensó que no podía ser tan difícil. Conducía bien y tenía que ser capaz de hacerlo en un espacio tan abierto.

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