capítulo 13

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—¿Estás bien, Lily? —le preguntó Kevin apenas llegó a ella. Juntó sus cejas, entre confundido y preocupado. Y al ver que no le respondía, alzó una mano y le acarició el brazo—. Oye...

Lily salió de su trance. Había estado mirando el lugar por donde desapareció Carlos.

Miró a Kev y se obligó a sonreírle.

—Sí. Estoy bien.

—¿Segura? Estás un poco pálida. Además, ¿no estabas con alguien...?

Lo había visto. No tenía caso mentirle. Kev había visto a Carlos, pero aparentemente por su reacción tranquila no había alcanzado a mirar nada malo como para acercarse.

Y aunque hubiera sido así, ella no quería tener que darle explicaciones que le eran difíciles. Al menos no ahora.

—Nadie importante. Un compañero de la escuela que me recordó de un examen que tengo para mañana.

No se lo creyó. Por supuesto. Kev no era tan idiota.

—Claro —dijo, alzando una ceja—, y por eso parece que viste a un fantasma. Hablo en serio, Lily, ¿todo está bien?

Esta vez, ella se esforzó un poco más en recuperar la compostura. Ahora que Carlos había desaparecido de su vista y que tenía a Kevin enfrente suyo, sintiéndose más segura, se relajó.

—Sí. Perdón. Es que las películas de terror siempre me ponen de nervios. Apuesto lo que quieras a que no podré dormir.

Kev, aún con dudas, también se relajó y le dio una sonrisa tranquila.

—No pasa nada. Estaré a tu lado y podrás aferrarte a mí cada que tengas miedo.

Lo último lo dijo con un tono pícaro y una mirada altanera, lo que logró que Lily sonriera y se sintiera mejor. Rodó los ojos, divertida, y movió la cabeza para indicarle a Kev que siguieran caminando para ir a la sala.

Carlos ya no debería tener ningún efecto sobre ella. Lo suyo ya tenía tiempo y se había enfocado en superarlo y en sanar. Y estar con Kev la hacía sentirse segura, así que dejó de pensar en Carlos.

Entraron a la sala y, desde el momento en que la película comenzó y apareció el primer mínimo indicio de una escena de miedo, Lily ya se estaba arrepintiendo de haber aceptado venir.

Aunque solo un poco, ya que Kev cumplió su palabra y la dejó acercarse y acurrucarse con él cada vez que no podía ni mirar la pantalla.

Aunque a veces solo fingía estar muy asustada para acercarse a él. Y a Kev no parecía molestarle.

Las películas de terror ya no eran tan malas.

❤️‍🩹

Kev estacionó el auto enfrente de su casa.

Lily, que venía riendo de un chiste malo que acababa de hacer, se desabrochó el cinturón de seguridad y se giró hacia él para despedirse.

Solo que ahora Kev miraba directamente su casa con una expresión concentrada.

Antes de que ella pudiera preguntarle qué pasaba, él habló:

—Comienzo a replantearme tu propuesta de la tarde de ir a tu casa ahora.

—Esa propuesta ha expirado ahora —dijo ella, encogiéndose de hombros cuando él hizo un puchero—. Es de noche, ahora toda mi familia está en casa y no quiero que comiencen a bombardearte con preguntas incómodas.

—No sería un problema. Puedo responder cualquier cosa.

Ella negó.

—Pero yo no —dijo, y al ver el suspiro exagerado de decepción que él soltó, ella también suspiró—. Pero podemos estar aquí afuera un rato si te apetece.

Mi amada LilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora