22 de octubre de 2018
—Quiero tortitas de nataaa —canturreó Lily. Llevaban ya varias horas en el hospital y comenzaba a aburrirse. No era que estuvieran realmente graves, pero había mucha gente que sí y por tanto, su papeleo para darlas de alta estaba siendo más tardado.
—Por favor, Lily, espera. No seas terca —la regañó su mamá.
—Si llamara a Kev, él me traería —murmuró, más para sí misma que para que escuchara su mamá.
Pero luego recordó. Que Kev sí le traería lo que ella le pidiera.
Ventajas.
Kev
hoy vienes?Estoy de camino
me traes unas tortitas de nata? 😞
Lo que quieras, mi niña
Sonrió a la pantalla. Y no solo porque Kev sí le traería su antojo, sino porque la había llamado "mi niña". Nunca la había llamado así, y sintió un extraño pero buen escalofrío al leer el apodo. Tal vez lo releyó unas diez veces.
Lily no salió del hospital hasta el día siguiente. Kev la había ido a visitar cada que salía de la escuela, y cuando por fin firmaron sus papeles para darla de alta a ella y a su madre, Kev fue a recogerla. Pidió permiso a sus padres para llevársela a pasear y entonces se fueron.
—¿A dónde vamos? —preguntó Lily, abrochándose el cinturón luego de que Kev la mirara mal por no hacerlo.
—A casa de un amigo —contestó, arrancando el auto.
—Oh, de acuerdo. ¿Conozco a este amigo?
—No aún. Es un amigo de la infancia. Vivió en mi casa durante mucho tiempo. Es más como un hermano. Mis padres lo acogieron cuando los suyos estaban en proceso de divorcio y en la pelea de su custodia. Mamá le quiso evitar toda la locura de unos padres separados y, cuando por fin las cosas se calmaron y su madre ganó la custodia, él se fue de casa.
—Wow. ¿Y sigues en contacto con él?
—Claro, incluso después de que ya no viviera en mi casa, seguimos yendo a las mismas escuelas. Su nombre es Alex.
Kev dio vuelta en una esquina. Lily iba mirando por la ventana.
—Muy bien —dijo—. ¿Y por qué hasta ahora quieres ir a verlo?
Él se miró un poco inquieto, se rascó la oreja, inconscientemente. Se detuvo en un semáforo y se volteó a mirarla.
—Hizo una reunión en su casa, estarán varios de nuestros amigos. Me invitó y bueno... Él... Mmm... Él quiere conocerte.
Se escuchó nervioso cuando dijo eso. Y Lily se sonrojó.
—Oh —murmuró—. ¿Voy a conocer a mi cuñado entonces?
Kev soltó una risa, liberando tensión. Aunque sus ojos brillaron un poco ante la suposición. Sonrió de nuevo y no contestó, acelerando cuando cuando el semáforo marcó verde.
No dijeron nada más en el camino, aunque no manejaron por mucho tiempo. La casa del amigo de Kev estaba cerca del hospital, por lo que apenas e hicieron algunos diez minutos. Y, aunque Lily no hizo nada, se sentía con la necesidad de acercar su mano hacia la de él y tomarla. Como lo habían hecho alguna vez. Sentía que tenía mucho sin tocar la calidez de la piel de Kevin.
Para cuando llegaron a la casa de Alex, Kev salió primero del auto y lo rodeó para llegar hasta su puerta y abrirla. La ayudó a salir del auto tomándole la manos, delicadamente. Un gesto que Lily no pasó por alto.
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Mi amada Lily
RomanceUn beso en un antro. Una conversación alocada. Un maratón de Barbie. Un amor perfecto. Una enfermedad inesperada. Una despedida nunca deseada. Estos son Lily y Kev.