30 de septiembre de 2018
Lily no recordaba mucho de la noche anterior. Tenía pequeños flashbacks de cuando había llegado a la fiesta y cuando apenas había comenzado a beber.
Recordaba que había llamada a Kev y que él había venido. Lo que restó de la fiesta era una laguna difícil de unir como un rompecabezas de mil piezas.
Pero... recordaba lo esencial.
Y con "lo esencial" se refería a que, a pesar de tener lagunas del orden cronológico de lo que había pasado, recordaba lo que había hecho con Kev. Lo que Kev le había hecho, y lo que ella había sentido.
Y santo cielo... Vaya que eran buenos recuerdos. Casi podía sentir aún sus manos sobre su cuerpo o la desesperación en la que la besaba, como si quisiera probarla hasta morirse. Casi parecía que había sido un sueño.
Había sido tan perfecto que una parte de ella dudaba que fuera real. El alcohol algunas veces hacía ver o pensar cosas, así que probablemente ella había sido la única loca borracha que se había imaginado todo.
Una parte de ella lo dudaba, pues aún sentía todo tan real, pero otra parte... ¿Realmente habían llegado ambos a ese punto?
Lily solo recordaba haber despertado por una llamada de su teléfono. Lo contestó muy somnolienta y escuchó la voz preocupada de su mamá, preguntándole dónde estaba y por qué no había regresado a casa. Se le había olvidado avisarle. Así que rápidamente rejuntó sus cosas, se vistió y despertó a Kev para que la llevara a su casa.
Ni siquiera se paró a pensar por qué ambos estaban desnudos durmiendo en la misma cama. Solo hasta que llegó a su casa, porque en el camino ni siquiera hablaron.
Y entonces, cuando estaba en la ducha y de repente le llegaron ciertos pensamientos... exóticos, fue cuando recordó todo.
Por lo que una vez bañada y comiendo una sopa en caldo para la resaca, entró al chat de Kev y le mandó mensaje:
Kev
debemos hablar de lo que pasó ayerTardó apenas un minuto en responderle, y ella empezó a sentir su corazón latir un poco rápido. Tal vez estaba siendo un poco paranoica.
Sí
si pasó lo que creo que pasó, cierto? después de salir fuimos a tu casa y...
Bueno, era mejor pensar en lo que iba a escribirle que literalmente escribírselo.
Sí, Lily, sí pasó
Eso la relajó un poco.
vale, creí que lo había estado soñando o algo
Perdón si esta plática es por si malinterpreté las cosas, creí que tú querías
Creyó que ella quería. ¡¿Creyó?! Lily recordaba prácticamente haberle rogado para que la tocara e hiciera con ella lo que tanto su cuerpo le exigía. ¿Y aún así creyó?
Maldita sea, si hasta la dejó con ganas de más.
no, Kev, yo sí quería
y quiero repetirloEl último mensaje fue espontáneo. No había pensado en mandárselo, pero ya lo había hecho antes de que se diera cuenta. Y pensó en borrarlo apenas lo envió, pero Kev estaba en el chat, por lo que ya lo había visto.
Y estaba maldiciéndose a sí misma por ser una premiscua, cuando él le contestó:
Yo probablemente quiero repetirlo por el resto de mi vida
ESTÁS LEYENDO
Mi amada Lily
DragosteUn beso en un antro. Una conversación alocada. Un maratón de Barbie. Un amor perfecto. Una enfermedad inesperada. Una despedida nunca deseada. Estos son Lily y Kev.