Capítulo 7

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CAPÍTULO 7:

Teye se había quedado en coma poco después de que Kiri despertara.

Había sucedido tan rápido que ni su madre ni Neytiri pudieron hacer mucho por ella.

Era un día soleado, las flores inundaban el bosque y los colores de los corales brillaban más de lo normal.

Sería más o menos a la hora de comer cuando Teye despertó de lo que a los demás les había parecido un sueño interminable.

La joven estaba muy delgada y frágil debido a la fiebre tan alta que había tenido durante semanas.

Sus ojos habían perdido su brillo y tenía la piel más blanca que nunca.

Aquel suceso fue muy inesperado. Ronal se había dado por vencida y ya no tenía esperanzas de que su hija despertase.

Neytiri siempre le ayudaba a cuidar de Teye. Además, últimamente la pequeña Tuk siempre acompañaba a las mayores.

Y por último, estaba Lo'ak. Todos los días visitaba a la joven, le hablaba de lo que pasaba en la aldea, de sus visitas a Payakan y de lo mucho que la extrañaban todos, en especial él.

Sus encuentros eran simples y repetitivos.

Ronal dedicaba su tiempo a probar distintos rituales, Neytiri untaba en aceites a Teye y le dedicaba varias oraciones, Tuk decoraba la habitación con piedras y conchas y Lo'ak se dedicaba a mirar a Teye mientras que acariciaba su fría piel.

Así pasaron días, hasta que Teye abrió los ojos.

Cada uno estaba concentrado en su rutina cuando la chica se levantó.

Sinceramente, parecía una muerta viviente, desorientada y perdida en aquel mundo.

El primero al que reconoció fue a Lo'ak.

Estuvo agarrada a él todo el día. Según ella, no quería volver a perderlo.

Aunque la chica estuviera consciente, la preocupación no se fue.

Su fiebre aumentaba progresivamente y tenía ataques de asma cada dos por tres.

Teye recibió bastantes visitas, pero apenas se acordaba de nadie.

Los demás le preguntaban cómo estaba, que si se encontraba bien, que si necesitaba algo,...

A todo aquello, la joven siempre respondía con leves gestos e incluso a veces con monosílabos, en estos casos, su voz sonaba lejana y ronca.

Los primeros días de vuelta al mundo, fueron horrorosos.

Cada noche tenía pesadillas y se levantaba sudando, con la frente ardiendo.

Neytiri se encargaba principalmente de que Teye comiese algo. Cosa que no siempre conseguía.

Por otro lado, Ronal, con ayuda de Tsireya, se ocupaban de los remedios contra el dolor y de actuar cuando la enferma sufría uno de sus ataques.

                                                                  ***

Teye estaba acurrucada con una manta alrededor de su cuerpo.

Su pelo atado en una trenza ya muy deshecha y sus grandes ojeras le daban un aspecto desalineado.

Enfrente había un gran ventanal. A través de él, se entretenía la mayor parte del tiempo contemplando el mar y viendo como los na'vis seguían con su vida diaria.

Agarró el cuenco lleno de bayas que tenía a sus pies y lo miró sin ganas.

Últimamente había perdido el apetito.

Flor de la oscuridad / Teye x Lo'ak Sully /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora