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Siete de enero.

Dos semanas. Dos semanas habían pasado desde la desaparición de Taehyung. Y Jungkook se sentía fatal, tanto física como mentalmente.

-Eso es, déjalo ir.

Se abrazó al inodoro como si fuese su mejor amigo y volcó dentro todo lo que había sido su desayuno hace algunos minutos. Jimin le sobo la espalda con cariño, tratando vagamente de disipar el malestar.

-A-agua.

El príncipe Park salió de la habitación y luego regresó con una botella de agua que ya estaba por la mitad, cortesía de Jungkook.

El omega menor dio un sorbo y se dejó caer en el piso con el pecho agitado y la garganta ardiendole.

-Hyejin-ssi llegará en unos minutos- Jimin informó-. Tu madre no está aquí así que podríamos aprovechar.

-No debiste.

-Claro que debía, no seas terco. Hace una semana que estás así y solo puedo atinar a que tu lobo está enfermo.

-No está enfermo.

Jimin rodó los ojos.

-La presencia de Taehyung te hace falta. Tu lobo lo reconoce como su alfa, obviamente se va a enfermar al no sentir su presencia.

-¿Han habido noticias?- preguntó desviando la conversación. Una chispa de esperanza se instalaba en su pecho cada que hacía la pregunta, pero la respuesta seguía siendo la misma.

-No.

Jungkook suspiró. Se había enterado hace poco que Chohee y Jangmi habían sido amigas por mucho tiempo, hasta el presente. También que la beta había reconocido a Taehyung la primera vez que fueron a visitarla por el problema que había tenido el alfa con su forma lobuna durante seis meses, se había tardado en hacerlo porque la última vez que lo vio tenía doce años, pero lo hizo.

Poco a poco se iban descubriendo más cosas, pero todo eran montones y montones de mierda.

Más de una vez quiso ir a la residencia Kim y gritarle cuatro cosas al líder Kim, pero tanto su madre, como Jimin y Yoongi, este último yéndose a disculpar por no haber podido hacer algo esa noche del solsticio cuando vio como se llevaban a Taehyung, evitaban que cometiera una locura.

Yoongi les había contando que Seokjin estaba muy confundido al respecto, pues él también vio como se llevaban a Taehyung esa noche al estar con él, pero dijo que simplemente le inventó una excusa barata diciéndole que se había emborrachado. Sin embargo, a pesar de que Seokjin no se creyó el cuento, lo dejó estar.

No hacía falta recalcar que Jungkook estaba resentido con sus dos hyungs por ser tan imbeciles y no hacer algo en ese momento. Pero tampoco podía culparlos.

-Hyejin-ssi llegó- el príncipe Park lo ayudó a ponerse de pie y sentarse en la cama de su habitación. Esperaron unos minutos hasta que la puerta fue abierta dejando ver a la mujer que sonreía amablemente-. Bienvenida doctora Ahn.

-Príncipe Park, Príncipe Jeon- ella saludó, haciendo una reverencia-. ¿Para que soy buena? Se escuchaba muy preocupado a través de la línea.

-Jungkook...ha estado muy enfermo estos días.

-¿Cuáles son los síntomas?

-Cansancio, fatiga y mucho vómito.

-Mhm, ¿algo más?

-No.

-De acuerdo- Hyejin colocó su maletin del trabajo sobre la cama y lo abrió. Había toda clase de cosas allí. Sacó un estetoscopio y le tomó el pulso, al igual que escuchó los latidos por minuto de su corazón. Sacó una linterna y miró sus ojos al igual que el interior de su boca-. Todo parece ir bien.

UNTOUCHABLE | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora