Capitulo I

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17:30 Hrs.

A Emma le quedaban apenas cinco minutos para escapar del trabajo que tanto detestaba, pero del que no podía liberarse. Aunque no necesitaba el dinero y la herencia de su abuelo le proporcionaba una vida sin preocupaciones, las condiciones impuestas por él requerían que trabajara en su campo de estudio hasta los treinta años. Mañana sería el día en que finalmente presentaría su renuncia. Su principal preocupación en ese momento era llegar a casa a tiempo para celebrar su cumpleaños y el de Sofía, su novia de hace cuatro años. Habían acordado celebrarlo tan pronto como Emma saliera del trabajo. Con permiso para salir una hora antes, Emma se apresuró a salir. Su lugar de trabajo estaba ubicado en uno de los edificios más altos de la ciudad, lo que significaba que debía descender al menos veinticinco pisos hasta el estacionamiento subterráneo donde se encontraba su auto. El trayecto hasta su hogar no tomaría más de veinte minutos. Subió a su Mustang GT del 67, de un elegante color gris grafito, también herencia de su abuelo, y puso en marcha el vehículo. Sintonizó su estación de radio favorita y se fue cantando por el camino.

Sofía salió de la ducha justo cuando el timbre del departamento sonó. En su camino hacia la puerta, echó un vistazo al reloj en la mesita de noche a su lado de la cama y se recordó que aún faltaba una hora y media para que llegara Emma. Al abrir la puerta, se encontró con un par de ojos cafés y una sonrisa que la hizo derretirse. Sin pensarlo, se colgó del cuello de la mujer, quien cerró la puerta detrás de ella y se dirigieron juntas hacia la cama. En el camino, la ropa de la mujer y la toalla de Sofía iban quedando tiradas por el pasillo.

"¿Qué haces aquí a esta hora?" preguntó Sofía con una gran sonrisa en su rostro.

"Es tu cumpleaños, pensé en pasar a darte tu regalo", sonrió la mujer que ya estaba desnuda sobre el cuerpo de Sofía. "Falta una hora para que llegue Emma y no quería ni podía esperar más para disimular que solo somos amigas", dijo mientras besaba el cuello de Sofía y esta dejaba escapar un suave gemido.

17:51 hrs

Emma entró al estacionamiento del edificio donde vivía, llevando un ramo de flores y una caja que contenía un anillo de compromiso para Sofía, planeando pedirle matrimonio esa noche a su amante. El ascensor se demoraba en llegar al piso -2, y Emma movía un pie impaciente, sintiendo un nudo en el estómago por los nervios. Dos minutos más tarde, las puertas finalmente se abrieron frente a ella, y un minuto y medio después, bajaba del ascensor. A medida que se acercaba a su departamento, pensaba en lo feliz que era y en lo seguro que estaba de su plan. Con las llaves en la mano, estiró su brazo para abrir la puerta con cuidado, suponiendo que Sofía estaría en la ducha a esa hora. Sin embargo, al prestar atención, escuchó gemidos que venían de su habitación. Su cuerpo se puso rígido y su corazón latió con fuerza. Al ver la ropa esparcida por el suelo del departamento, su piel se volvió pálida y su mente comenzó a girar. A pesar del zumbido en sus oídos, tragó con fuerza y avanzó hacia la habitación para enfrentar la realidad.

'Mierda, esto no me puede estar pasando' - susurró

Al llegar al cuarto, Emma vio a Sofía desnuda, con las manos de Carla, su supuesta mejor amiga, sobre su cuerpo mientras se besaban. Emma se quedó petrificada ante la escena que estaba presenciando. Las lágrimas no brotaban de sus ojos, pero su corazón latía rápidamente y le faltaba el aliento. El mundo parecía girar a su alrededor mientras su mente luchaba por procesar la traición que tenía ante sus ojos. Se sentía abrumada por una mezcla de dolor, incredulidad y una profunda sensación de traición. Todo parecía surrealista, como si estuviera atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar. Solo podía escuchar el latido de su corazón resonando en sus oídos, ahogando cualquier otro sonido a su alrededor.

A tres latidos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora