A tres latidos de ti

Capitulo XII

Mientras Mia se preparaba para la sorpresa, Emma estaba en casa con Marcos y su pareja, conversando animadamente mientras disfrutaban de unas copas de vino. Marcos había ideado varios temas de conversación para mantener a Emma distraída y sin sospechas sobre la sorpresa que Mia le estaba preparando.

Mia se movía con agilidad por la casa, colocando adornos y preparando la mesa para la cena. Cada detalle estaba meticulosamente planeado para hacer de esa noche un momento especial para Emma. Mientras tanto, Pantuflas, su mascota, no parecía muy entusiasmado con la idea de llevar un corbatín rojo, pero Mia no iba a rendirse fácilmente.

Finalmente, llegó el momento de la cena y Mia estaba lista, con un ramo de flores en la mano y una sonrisa radiante en el rostro. Bajó las escaleras con emoción contenida, ansiosa por ver la reacción de Emma al verla vestida de esa manera. El vestido ceñido al cuerpo le daba una elegancia que no solía mostrar a menudo, pero lo hacía por Emma, deseando que le gustara el esfuerzo que había puesto para la ocasión.

Emma sonrió al ver a Pantuflas con el corbatín rojo, acariciándolo suavemente mientras se agachaba para saludarlo. La mascota de Mia movía la cola con entusiasmo, pareciendo entender la importancia de la ocasión.

''Hola, Pantuflas, ¿te has puesto elegante para la ocasión? '' dijo Emma, divertida, mientras le acariciaba detrás de las orejas.

Emma se puso de pie nuevamente, observando los adornos que embellecían la sala. Su atención fue rápidamente capturada por la figura de Mia, quien se veía impresionantemente hermosa y sensual. Emma quedó inmediatamente cautivada por la presencia de su mujer, sintiendo una oleada de deseo recorrer su cuerpo. Por un momento, se vio tentada a llevar a Mia a un rincón y demostrarle cuánto la deseaba, pero se contuvo, sabiendo que había otros invitados cerca. Respiró hondo y se acercó a la bella con una sonrisa.

"Hermosa se queda corto a tu lado", susurró Emma cerca de su oído, haciendo que Mia se ruborizara ligeramente.

"Feliz cumpleaños, amor, y gracias", respondió Mia, riendo tímidamente. "¿Te gusta tu sorpresa?"

"Claro que sí, sobre todo este vestido que te queda tan sexy", murmuró Emma de nuevo cerca de su oído. "Que, por cierto, si no hubiese tanta gente, ya no lo tendrías puesto", agregó, dándole un beso. "Y Pantuflas con corbatín es solo lo segundo mejor", concluyó con una sonrisa.

"No sabes cuanto me costó ponerle esa cosa", respondió Mia con complicidad.

Ya en el comedor, sentados frente a la cena que Mia y Anita habían preparado, la doctora tomó su copa con espumante y dedicó unas palabras a su novia.

"Primero quiero desearte un muy feliz cumpleaños, amor. Gracias por estar en mi vida y hacerla feliz cada día con tu sonrisa y tus detalles", comenzó Mia con sinceridad. "Espero retribuir todo ese amor que me das de la mejor manera y hacerte feliz, así como lo haces conmigo. Que cumplas muchos más. Te amo", concluyó, alzando la copa en señal de brindis.

Emma la miraba con ojos llenos de amor y agradecimiento, sintiendo el calor de sus palabras.

"Hace un año me salvaste la vida, no solo por aquel accidente, sino también porque llegaste a iluminar mis días. Tuviste paciencia en medio de mi oscuridad, perseveraste e hiciste que me enamorara de ti. Así como lo haces cada día. Hoy le doy gracias a la vida por traerte a mí y crear este amor tan bonito que tenemos" termino diciendo Emma

Ambas se besaron mientras los demás aplaudían, alzando a su vez las copas y diciendo ¡salud! antes de beber, cerrando así los discursos con un momento de celebración y gratitud.

Mientras Emma se divertía conversando con Marcos, Mia aprovechó la distracción para desaparecer e ir en busca del regalo de su novia, que se encontraba en su casa. Con la excusa de revisar los vinos, Marcos le pidió a Emma que lo acompañara hasta donde estaban las barricas con el vino que tanto alardeaba su amiga. Emma aceptó gustosa y también invitó a Anita y a Viviana, la novia de Marcos, a unirse.