Capitulo XV

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El día de la fiesta por la jubilación del jefe del hospital había llegado. Irían en el auto de Emma, ya que el de Mia estaba en el mecánico. Al parecer, alguien, sospechaban que había sido Camila, lo había rayado y roto los espejos. Se estacionaron cerca de la entrada del hotel donde se celebraría la fiesta. Tomadas de la mano, caminaron hasta el salón principal. Mia saludó a algunos de sus colegas, presentando a Emma, y algunos quedaron deslumbrados con ambas.

Marcos hablaba animado junto a sus amigas y su novia. Daba por ganadora a Mia, asegurando que sería la nueva jefa. Explicaba que muchos compartían su opinión; eran contados con los dedos de las manos los que preferían a la cardióloga.

Después de algunos discursos en honor al médico saliente y un reconocimiento por sus años de trabajo, llegó el turno del baile. Marcos invitó a Emma a bailar, ya que su novia estaba entretenida conversando con Mia y otros colegas del hospital.

'' ¿Qué te ha dicho Mia sobre el puesto de jefa? '' preguntó el kinesiólogo.

''No ha hablado mucho al respecto, ya sabes que no le gusta hacerse ilusiones'' Emma encogió los hombros '' ¿Has escuchado algo al respecto? ''

''Sí, sé que la junta ya votó. Quiero creer que la eligieron a ella, pero he visto a Camila muy cerca del jefe y todos sabemos cómo es esa víbora. ¿Qué hará si gana Camila? ''

''Le ofrecieron un puesto en otro hospital, que está a una hora de distancia de aquí''

'' ¿Es un buen trato? ''

''Al parecer sí. Las mismas horas, el doble de sueldo y un departamento a menos de cinco minutos de su trabajo ''

''Es bueno que tenga un plan B. ¿Qué harás si se va? ''

''Ya sabes que la seguiré a donde vaya. De todas formas, no queda tan lejos, así que podré seguir con mi trabajo. Ventajas de ser la jefa'' Marcos tomó su mano y la hizo girar.

Tres canciones después, Mia se acercó y tomó el lugar de su amigo, quien aprovechó para buscar a su novia que bailaba en grupo con otras mujeres. La doctora rodeó la cintura de su amada, atrayéndola hacia sí al ritmo de una canción lenta que comenzaba a sonar. Emma colocó sus brazos alrededor del cuello de Mia, y en ese instante, se sumergieron en un baile íntimo como si fueran las únicas personas en el salón. Sus miradas hablaban de un amor profundo y sincero, sin necesidad de palabras. Los tonos de sus ojos, miel y gris se entrelazaban como la luna y el sol, donde tres latidos describían lo que eran en aquel instante: amor, sueños y paz.

''Estos casi dos años juntas me han enseñado que la felicidad sí era para mí. Solía huir para evitar ser herida, pero contigo las cosas cambiaron. Solía huir, temerosa de ser herida nuevamente, pero contigo todo cambió. Ahora, ya no quiero huir; quiero enfrentar lo que la vida me traiga, pero siempre con tu presencia a mi lado. La vida se vuelve más llevadera contigo; iluminas mis días con tu luz, y al perderme en la profundidad de tus hermosos ojos, siento que me encuentro a mí misma. En ellos puedo ver quién soy y lo que quiero. Me transmiten una calma reconfortante y un amor que llena cada rincón de mi ser'' dijo, rodeándola con sus brazos una vez más ''Juntas, siento que puedo volar, que soy invencible ante cualquier adversidad. Si el destino te trajo a mi vida, créeme cuando te digo que nunca me cansaré de amarte. Eres el milagro que la vida me dio, y los milagros se agradecen'' colocó una mano con ternura en la mejilla de Emma y la besó con todo el amor que sentía por ella.

''Me hiciste volver a creer, Mia. Sanaste lo que tú no destruiste. Y si alguna vez dudas de mis sentimientos, quiero que recuerdes que el milagro no fui yo, sino tú. Porque no solo salvaste mi vida, sino también mi alma. Sin quererlo, te encargaste de reparar cada parte rota en mí. Tú, y solo tú, podías hacerlo''

A tres latidos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora