capitulo VII

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Una semana que su relación se había vuelto oficial; una semana donde su tiempo libre lo ocupaban para amarse en cada rincón de sus casas; una semana donde no habían sabido nada de Camila, pero como dicen por ahí, todo lo bueno dura poco y el mal siempre se hace presente y el mal se hizo presente en una víbora con título de cardióloga y una sonrisa fría como los hielos de la antártica.

Mia ya no dejaría que aquella bruja la separara de Emma, ya había sido suficiente y el miedo a perder a la mujer que tanto amaba, era mayor que los recuerdos que le traía Camila, aunque por ahora trataría de evitarla lo más que pudiera, no quería poner en riesgo su futuro puesto y ya que la víbora era su contrincante, no podía dejarse vencer.

''Doctora Solari, la necesito en mi oficina'' exigió la bruja.

'' ¿Se puede saber el motivo, Doctora Alcayaga? '' respondió Mia, revisando la ficha de quien hablaba.

''Rodrigo Núñez, de la habitación 18'' especificó la Dra. Alcayaga.

''Bien, en cinco minutos me tiene allá'' respondió Mia, con calma, mientras se preparaba para dirigirse a la oficina de la Dra. Alcayaga.

Mia, al ver que Camila se dirigía hacia su oficina, se giró y llamó a los dos alumnos que tenía a su cargo, quienes estaban en práctica de último semestre. De ninguna manera entraría a ese lugar sola, sabiendo de lo que la arpía era capaz.

"Díaz, Gutiérrez, vengan conmigo", les dijo.

Camila no esperaba que Mia llegara acompañada, así que la cara de molestia mezclada con sorpresa no la pudo disimular.

"Doctora Solari, veo que viene acompañada innecesariamente", dijo a regañadientes.

"Innecesario, nada, doctora. Son mis estudiantes de último año. Deben aprender de primera mano", respondió Mia sonriendo, mientras Camila levantaba una ceja y hacía una mueca de disgusto con la boca.

Mientras hablaban del caso, Mia les explicaba con mayor amplitud cada detalle del paciente, lo cual ya estaba colmando la paciencia de la cardióloga. Pero lo que la rebasó fue que la castaña se desligara de cierta forma, aunque no de su responsabilidad.

''Creo que ya hemos dejado claro todos los puntos a tratar con Rodrigo Núñez'' dijo Camila leyendo una vez más el nombre de este ''ahora pueden marcharse chicos, Doctora necesito afinar unos detalles de este caso solo con usted ¿se puede quedar? ''

''Antes de que se retiren, se me olvidaba mencionar un pequeño detalle'' dijo Mia dirigiéndose a los jóvenes médicos ''Estarán a cargo de este paciente. Cualquier cosa, por mínima que sea, me avisan. A cualquier hora, cualquier duda, no importa cuán trivial parezca, me llaman. Solo asegúrense de seguir las indicaciones que ambas hemos establecido. Aun así, comprendo que pueden surgir imprevistos, ¿de acuerdo? ''

"Estaremos pendientes, doctora Solari''

''Por último, cualquier instrucción o indicación adicional que la doctora Alcayaga tenga, se las comunicará directamente a ustedes. Después, ustedes me informarán, a menos que sea algo inusual o requiera un procedimiento extraordinario'' dijo, mirando a Camila, quien ya lucía una expresión poco complacida ''Sin más que agregar, nos retiramos. Con su permiso, doctora''.

La cardióloga alcanzó a tomar del antebrazo a Mia al ver que los internos ya habían salido y se acercó a su oído.

'' ¿Qué mierda crees que haces? '' le dijo apretando la mandíbula.

''No te tengo miedo, Camila'' Mia se zafó de su agarre ''Nada de lo que hagas me separará de ella. Y por si no lo sabes, yo soy la otra opción para el puesto de jefa y no pienso dártelo'' añadió, cerrando la puerta del despacho. Escuchó el estrépito de algunas cosas cayendo con fuerza tras de ella.

A tres latidos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora