˖⸙̭❛╰► capítulo nueve

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Me desperté asustada, sentándome de golpe en la cómoda cama en la que me encontraba

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Me desperté asustada, sentándome de golpe en la cómoda cama en la que me encontraba. Todavía no comprendía muy bien lo que estaba sucediendo, hasta que el extraño dolor en mi cuerpo me hizo recapacitar. Fue entonces cuando me di cuenta de que no estaba en mi casa, ni en mi habitación, ni en ningún lugar que pudiera recordar de mi vida cotidiana. La luz del día entraba por los grandes ventanales del cuarto.

¡No puede ser!

¿Me quedé dormida? ¡Esto tiene que ser una broma! Seguramente mi mamá me estará maldiciendo y estará furiosa. Pero también me di cuenta de que estoy desnuda en una cama que no era la mía. Era imposible no recordar la noche anterior, porque nada fue mi  imaginación. Realmente pude cumplir uno de mis mayores deseos, hablando sexualmente, ¿verdad? Sin embargo, me sorprendió encontrarme sola en esta habitación, así que traté de buscar mis pertenencias para irme de este hermoso cuarto que nunca podré tener en mi vida, porque probablemente no pueda tener una buena carrera debido a mis malos gustos en absolutamente todo.

Me sobresalté al salir del cuarto de mi atractivo terapeuta, observando a un hombre con dos tazas en sus manos, cabello desordenado y vestido de manera cómoda. Parecía muy sorprendido de verme despierta y de la manera en que estaba intentando escapar de su hogar. Él me extendió una de las tazas, la cual tomé con una media sonrisa tímida. Todavía recordaba todo lo que vi de él, la forma en que me hizo sentir y... ¡Agh! Maldición, me daban ganas de estar sobre él nuevamente.

—¿Dormiste bien?

—Sí, pero...—carraspeé mi garganta—No creo que sea una buena idea que me siga quedando, porque mi mamá estará hecha una furia cuando sepa que no llegué a la casa.

Chan asintió, haciendo unas cuantas muecas ante mi comentario. Luego, soltó un; «Te llevo». Lo cual no era una buena idea, ya que si mi mamá me veía con él, empezaría con sus caras raras y mencionaría varias cosas que no estaba de humor para escuchar tan temprano en un domingo. No obstante, no dije nada porque él tenía coche y no quería caminar hasta mi casa, ya que me sentía realmente exhausta.

Durante todo el camino, no pude dejar de pensar en lo que había sucedido finalmente. Me mordía los labios solo de recordarlo. Bang Chan apagó el motor del auto, sacándome de mi trance. Fue entonces cuando me di cuenta de que estábamos a una cuadra de mi casa, lo cual me desconcertó un poco. Cuando lo miré a la cara, pude notar que estaba un poco incómodo, lo que me hizo sentir de la misma manera.

—Escucha, Min Jun, lo que sucedió anoche fue solo porque quería cumplir contigo.

—Ya lo sé, no diré nada si eso te molesta.

—No es eso—suspiró al terminar de hablar. Empezó a desviar la mirada, evitando encontrarse con mis ojos—. Simplemente quiero que entiendas que no volverá a suceder. Fue tu regalo y ya está. Además, soy tu terapeuta, no es una buena idea que sigamos haciendo esto.

Sesiones de éxtasis (+18) ; b. chan ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora