˖⸙̭❛╰► capítulo doce

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No le di tiempo para responder, me acerqué rápidamente a su cuerpo, de la misma manera en que él lo había hecho conmigo en el estacionamiento

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No le di tiempo para responder, me acerqué rápidamente a su cuerpo, de la misma manera en que él lo había hecho conmigo en el estacionamiento. Aunque estaba asustada, no quería enfrentar el rechazo y la vergüenza de ser rechazada en este lugar. Pero afortunadamente, esas emociones desaparecieron de mi mente y cuerpo cuando Chan aceptó el fugaz beso que le di, mientras me sentaba en sus piernas en el sillón negro del consultorio. Por primera vez, el beso fue lento, creando una sensación de excitación rápida que no he sentido antes.

Poco a poco, una de sus grandes manos se deslizó por debajo de mi buzo blanco, rozando mis costillas y haciendo que mi piel se erizara. Con solo tocarme, él me provocaba cosquilleos y nervios. Sentí que desabrochó mi sostén para tener más libertad con mis senos.

—Es-esto está mal, Min Jun—insistió, manteniendo sus labios sobre los míos. Intentó mirarme a los ojos, pero no lo dejé, ya que estábamos disfrutando el momento, o al menos eso es lo que quería hacer ahora mismo—. Tenemos que parar ahora, en cualquier momento alguien podría entrar.

Pero me di cuenta de que no sería rechazada, sino pospuesta. Con un rápido movimiento de sus manos, me apartó de su cuerpo y se dirigió hacia la puerta principal para cerrarla. En este momento, la confusión se apoderó de mí. No sabía si debíamos detenernos o si finalmente íbamos a hacer lo que tanto anhelábamos. Han pasado dos meses sin tocar ninguna fisionomía, sin tocar su cuerpo.

Lo quería.

Lo necesitaba.

Y él lo sabía por mi mirada.

Acabamos besándonos otra vez, terminamos encima del sillón de hace un momento, entre que sus besos iban por mi cuello, dejando unas chupadas y unos que otros leves mordiscos, para al fin volver a presionar nuestros belfos deseosos. Para eso, el sentimiento de satisfacción fue a mi cuerpo cuando su lengua tocó la mía y ya todo se fue a la mierda en ese momento. Ya que terminé por quitarle la camisa que traía puesta en ese entonces, observando su cuerpo aún más marcado que antes, y mierda, quería tener esa fuerza de ir al gym a formar mi cuerpo igual que él.

Quitó mi buzo por completo, también el sostén que ya se encontraba desabrochado, sus manos sujetaron mis senos de inmediato, pasando su lengua y volviéndome más loca que antes. Un movimiento de él hizo que un leve gemido brotara de mi boca, asombrándome de eso, ya que nunca sentí ese gusto antes y tampoco lo hizo conmigo, supongo que ya encontré algo que me gustara a futuro y él lo sabía del mismo modo.

Sus besos iban bajando de a poco, llegando a mi estómago, dejando un rastro de baba hasta llegar a mi cintura, en donde fue desabrochando el pantalón que traía éste día. Justo en el momento menos oportuno, la puerta sonó tres veces, interrumpiendo el hermoso momento que estábamos viviendo. Rápidamente nos alejamos el uno del otro, yo acomodándome la ropa y el señor Bang acercándose a abrir la puerta, ajustándose la camisa al mismo tiempo. Cuando abrió la puerta, me di cuenta de que era la recepcionista.

Sesiones de éxtasis (+18) ; b. chan ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora