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Tan pronto como Elena descubrió a Lexion y Killian, tuvo una sensación ominosa.

Así que se apresuró a seguir a los dos chicos.

Temía que Killian pudiera hacerle algo malo a Lexion, así que los siguió.

Pero en cuanto llegó al frente de la terraza, se oyó la voz cruel de Killian.

-Cosas como tú... deberían morir.

Como si quisiera matar al niño, la voz espeluznante hizo que los pies de Elena se movieran.

Entró frenéticamente y se detuvo frente a Killian.

-¡No...!

Al mismo tiempo que gritaba, un líquido frío salpicó su cabeza.

-... ¿E-Elena?

Killian llamó a Elena, estupefacto. También se oyó el sonido de Lexion, que estaba detrás de ella, jadeando.

-Ah...

Se le escapó un suspiro.

¿Haces cosas como ésta? ¿Tenías que hacer esto en el cumpleaños de Lexion?

-Eres realmente malo.

Elena sonrió tristemente a Killian.

Su rostro, que se había teñido de asombro, se contorsionó gradualmente.

-¡Elena!

Cuando Killian estaba a punto de decir algo.

La seguidora Jane llamó a Elena con voz ronca.

Su grito atrajo la atención de todos en el salón de fiestas.

La banda de música se detuvo, y la sorprendida Jane corrió hacia Elena.

-Elena, ¿estás bien?

Jane sacó apresuradamente su pañuelo y limpió la cara de Elena. Elena le sonrió.

-No pasa nada.

Al oír la voz apagada, Elena levantó la cabeza mientras un grupo de nobles comenzaba a reunirse.

-¡¿A qué viene este jaleo?!

Entonces apareció el duque Halos entre la multitud.

Comprendió rápidamente la situación mirando a Elena, Killian y Lexion.

La mirada del duque Halos se endureció.

Después de comprender la situación, se acercó a Elena en un instante.

Luego se quitó su propia chaqueta y se la puso a ella.

Luego su mirada se dirigió bruscamente a Killian.

-Killian. Debes haber olvidado lo que te dije.

Al instante, Killian se estremeció.

La frialdad goteó de su voz, poniendo nerviosos a los que rodeaban al Duque.

Un silencio lúgubre se apoderó de la terraza.

Unos segundos después, el duque Halos se dirigió a Jane.

-Jane, lleva a Elena a su habitación.

***

En el camino de regreso al edificio principal, a su habitación, Jane apoyó a Elena.

Elena dijo que estaba bien, pero Jane no quería irse del lado de Elena.

-¿Pero qué demonios está pasando? ¿Por qué Killian...?

Accidentalmente seduje al hermano menor del protagonista masculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora