11

395 58 1
                                    

El enfrentamiento con el duque Halos siempre ha sido tenso.

Elena miró al duque que estaba tomando un sorbo de té.

Hoy, el día después de que Jeremy se fuera, el duque Halos ha llamado a Elena desde la mañana.

«Probablemente porque escuchó la historia del Sr. Jeremy ayer.»

-Elena.

Los labios del Duque Halos se levantaron.

Parecía estar de un humor particularmente bueno hoy.

-Escuché de Jeremy que tienes las cualidades de un mago.

-Ah, sí.

Elena rió torpemente.

La razón por la que el duque de Halos estaba de buen humor era que probablemente la familia Halos se había puesto en contacto con la torre gracias a ella.

-Porque las torres mágicas han sido un grupo que incluso la familia imperial no ha podía tocar fácilmente.

Por lo tanto, estar por delante de la familia imperial sería muy satisfactorio para él.

-Apoyaré completamente tu clase de magia de ahora en adelante. No sólo eso, sino lo que quieras.

-Muchas gracias, Duque.

No sólo la magia, sino que apoyaría cualquier cosa.

Esto era casi un cheque de huelga.

El Duque de Halos era un hombre con una distribución más grande de lo esperado.

-Dime si necesitas algo.

-Sí, Duque.

Elena se despidió del Duque de Halos y salió de su despacho.

El hecho de que pudiera convertirse en maga de la torre le daría todo el apoyo del duque.

No en vano el mago de la torre había reconocido la petición del duque.

Aunque uno fuera plebeyo, ser mago podía conseguirle tantos privilegios como un noble, a veces más de los que tiene un noble.

Elena levantó la comisura de los labios y se decidió.

Estudiaría mucho y se propondría convertirse en una maga poderosa.

Para tener su propio lugar.

***

-Ja...

Elena respiró hondo con fastidio.

Sufría un fuerte dolor que le palpitaba constantemente en el bajo vientre y el dolor de espalda le punzaba incluso con el más mínimo movimiento de su cuerpo.

Tenía las manos y los pies hinchados y goteaba sudor frío.

Además, sentía el más mínimo dolor por todo el cuerpo.

Sí, ahora tenía la regla.

-Mierda...

No pudo evitar maldecir.

En su vida anterior, sufría dolores menstruales todos los meses, ¡y tuvo que sufrir hasta que entró en la novela!

-¿Cometí algún pecado en mi vida anterior?

Si no, no podía evitar querer salir del ciclo de sus dolores menstruales, agachada como una auténtica mendiga...

Elena maldecía constantemente en sus pensamientos.

«Tuve mi primera menstruación con este cuerpo no mucho después de recuperar los recuerdos de mi vida anterior.»

En aquella época, los dolores menstruales no eran tan fuertes.

Accidentalmente seduje al hermano menor del protagonista masculinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora