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La luz mañanera del ardiente y gigantesco sol se alzaba con majestuosidad sobre el dorado reino de Omelas, haciendo la tarea de los obreros y agricultores prácticamente insoportable por el calor.

A pesar de no pertenecer a ninguna de estas dos categorías, el cuarto príncipe de este reino se encontraba en igualdad de condiciones en aquel momento, completamente sucio y acalorado mientras limpiaba la paja y el excremento de la criatura de la cual estaba encargado.

¡Quítate! Fuera de mi camino —Gritó Taehyung al corcel negro, el cual se interponía en su camino a propósito.

El joven príncipe tomo al caballo de las riendas y saco a jalones del establo, con intenciones de dejarlo en el área de practica para así terminar su labor, pero el caballo, en un movimiento rápido y certero, logro lanzar al príncipe a una pila de tierra que se encontraba al lado de la cerca de la pista.

¡T- Tú apesto parásito cuatro patas! ¡Si continuas así voy a hacer de ti carne molida! —Gritó el príncipe furico mientras escupía y se sacudía la tierra por todos lados.

Completamente indignado y molesto, tuvo la intención de marcharse, más tuvo que tragarse su gran orgullo y dignidad para al final, lavarse la cara en el bebedero cerca de ahí y volver de nuevo al establo.

Una vez hubo terminado su ardua y apestosa tarea, horas más tarde, viéndose libre y aún resentido con la criatura, no vio otra cosa más entretenida que hacer que ir a molestar al animal, como si este fuera una persona más con la cual pelear.

¡Bestia! He limpiado todo tu apestoso establo, ¡trae tu trasero para acá! No te hagas el tonto, sé que puedes entender todo lo que te digo —Trató de provocar al animal, pero este lo ignoro y le dio la espalda—. Este pequeño...

El crujido de la tierra y el fuerte y uniforme sonido de un galopar cercano llamo la atención del príncipe. Buscando aquel ruido, se encontró con un grupo de cinco guardias que pasaban cerca de ahí, vistiendo orgullosos sus doradas y brillantes armaduras y montando cada uno un grande y hermoso caballo; todos de un pelaje blanco como las nubes del cielo y cabellos rubios, como si formaran parte de la familia real.

Aquellos guardias, con aquella escena motivaron e inspiraron al joven príncipe a intentar montar al salvaje animal negro suelto en la pista. Él también quería verse así de imponente montando un caballo.

Hmm. Tal vez pueda...

Taehyung se acercó sigiloso al caballo y de un salto logro subirse en su lomo, pero esto apenas duró ya que el animal comenzó a patalear con violencia hasta que logro lanzar al príncipe al suelo, cayendo de cabeza y terminando por rodar unos metros lejos de la criatura.

Hijo de... ¡Bestia! ¡Casi me rompes la cabeza! ¡Casi muero! —Grito Taehyung cual demonio, sentándose a duras penas sobre el apestoso y sucio suelo de tierra de la pista—. Santo dios. Todos mis intentos por "refinar" mi lenguaje se van a la basura cuando estoy cerca de este estúpido caballo —Taehyung limpio bruscamente la sangre que bajaba de su nariz, mirando con odio al animal—. Él es rápido, de eso estoy seguro.

A pesar de estar frustrado hasta la médula, el joven príncipe no podía sentirse más fascinado y motivado por la rebeldía y pasión del gran corcel azabache, sintiéndose identificado por su rudeza, salvajismo, luchador e indomable espíritu. Pero aun así se resignó a dejar en paz al animal por el resto de ese día.


[•••]


Al día siguiente, temprano por la mañana en los establos del palacio real, el joven príncipe se encontraba moviendo pacas de paja de un lado a otro mientras observaba con curiosidad al cuidador del establo revisar e inspeccionar a su supuesto corcel.

The Golden KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora