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«—... Los niños... —Había pronunciado el cuarto príncipe sin vacilar, bajo las miradas atónitas de Jin y Jungkook ante sus palabras—. Ese edificio... Es más importante que la comodidad del rey...

Un sepulcral silencio se formó en la habitación del pelinegro, ambos, él y el pelirosa analizando y pensando seria pero rápidamente en la idea que acababa de soltar el joven príncipe.

— Eso sin duda sería un cebo. Si le prendemos fuego, usaran al ejército para ayudar —Comentó Jungkook entonces, acariciando su barbilla en un gesto pensativo—. Hay un pequeño bosque en la parte trasera, en donde está la puerta del éste. El humo subirá muy alto, tanto que parecerá más grande de lo que es.

Taehyung y Jin miraron expectantes al menor de los tres, esperando por alguna otra acotación al plan. Ambos de acuerdo con la sugerencia del pelinegro y listos para agregarlo a su estrategia y planificarlo detalladamente.

— Trataremos de salvar las vidas que podamos... Para que ese lugar no vuelva a ser usado —Soltó Jungkook con una ligera sonrisa en sus labios, mirando de soslayo al rubio.»


⌊•••⌉


Ahora, la mansión de los niños se encontraba siendo consumida por gigantescas y salvajes llamaradas que se alzaban desde adentro, reventando las ventanas de la edificación y crepitando en el aire como fuegos artificiales. La densa capa de humo llegaba más alto que los mismos muros que rodeaban el palacio, danzando con los copos de nieve en la brisa hacia el cielo.


— ¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego en la mansión de los niños! —Gritaban los sirvientes a todo pulmón frente a dicho edificio, corriendo en todas direcciones, buscando de huir del calor amenazante.


La noticia del incendio no tardó mucho en llegar al palacio principal, incluso desde los ventanales se podía ver la cortina de humo oscuro, las cenizas haciéndose pasar por copos de nieve y el crepitar del fuego a lo lejos.


— ¿En la sala éste? —Gruño el rey Daehyun mientras fruncía el ceño sobre su trono al mensajero que le informo acerca de lo sucedido con sus niños.

— ¡Sí! ¡Las llamas son algo irregulares! —Exclamó dicho mensajero, quien venía con las ropas y rostro manchado de ceniza grisácea.

— En cuanto lléguenlas demás tropas, envíelas a apagar el fuego —Ordenó el rey, soltando un suspiro y haciendo un además para que el mensajero se retirara del salón.

— ¡Su majestad! —Se quejó el primer príncipe a espaldas de su padre.

— ¡Ahora no es momento para salvar esa área! —Se acercó uno de los consejeros del rubio mayor, exaltado debido a la irracional decisión del monarca.

— ¡Por favor recapacite, su majestad! —Intentó también el primer príncipe, hacer entrar en razón al rey.

— ¡Solo hay una tropa que puede protegerlo! —Exclamó el consejero de nuevo, elevando demasiado la voz debido al nerviosismo que le causaba el destino al que los podía llevar las decisiones sin sentido del rey—. No puede hacer un plan de ese tipo, si usted queda desprotegido... ¡Si hace esto, no tendrá protección alguna!


El rey Daehyun escuchaba todas aquellas quejas y reclamos de los dos hombres a su izquierda en silencio, pero estaba comenzando a hartarse de que le llevaran la contraria de forma tan descarada e insolente, como si él fuera su igual.

The Golden KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora