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El sol se alzaba en todo su esplendor en el cielo libre de nubes, con un calor implacable azotando el reino de Omelas durante las vísperas del festival de la cosecha que acostumbraba celebrar al final de cada año. Uno de los muy pocos eventos organizados por el castillo dirigidos a su pueblo.

En el establo del castillo, como le era costumbre desde hace ya unos meses, el cuarto príncipe caminaba alrededor del corcel azabache que había estado intentando domar con mucha saña. Mientras que este bebía agua, el príncipe, con la vista fija en el animal, analizaba silenciosamente todo punto débil y esperaba para lanzarse al ataque.

Al apenas percibir la distracción del animal, quien ahora comía paja, no espero ni un segundo para saltar sobre el animal con las riendas en la mano, buscando de montar al salvaje animal a la fuerza. Los reflejos del corcel le advirtieron del pequeño rubio y trató de esquivarlo, pero no fue lo suficientemente ágil; ya el joven príncipe lo había interceptado y había saltado sobre su lomo, aprovechándose del punto ciego de animal.


Yo... Lo logré —Celebró agitado el príncipe, colocando a duras penas las riendas en la boca del caballo azabache mientras este se sacudía violentamente con la intención de deshacerse del rubio sobre él—. Ah... Aun sigues siendo rudo. Es tiempo de que me dejes montarte, sin luchar.


Taehyung haló con fuerza las riendas hacia atrás, buscando forzar al corcel a detenerse pero este era mucho más fuerte, salvaje y terco que el propio príncipe. El animal, decidido a no rendirse, comenzó a dar patadas con violencia, a levantarse en dos patas y a correr en círculos rápidamente. No se la pondría fácil a joven de cabellos dorados.


¡Wow!—Gritó Taehyung, soltando las riendas por el brusco movimiento del animal y a punto de salir disparado de su lomo. Rápidamente se sostuvo de la oscura melena del corcel, pero este no detuvo su intempestivo ataque—. ¡Está bien, lo prometo! ¡Solo quiero que hagas esta sesión y te dejare ser libre en los campos! ¡Lo prometo!


Inmediatamente y cómo si el animal fuerza capaz de entender las palabras del joven príncipe, sus movimientos cesaron, ahora permaneciendo de pie calmadamente.


Hijo del demonio...—Susurró Taehyung con el alma fuera del cuerpo, sintiéndose agotado por aquella batalla.


El joven príncipe apenas logro avanzar unos pocos metros montando al animal antes de que una voz al otro lado de la cerca del establo llamara su atención. El cuidador del establo y los caballos que ahí se encontraban se había vuelto bastante cercano al pequeño rubio debido a la gran cantidad de tiempo que este pasaba ahí peleando y tratando de domar al corcel más salvaje de la colección real.


¿Por qué Aaron se ha detenido de esa manera su alteza? —Preguntó el hombre a la distancia. Era de piel oscura, calvo y de mejillas demasiado grandes.

¿Aaron? —Taehyung haló las riendas para dirigir al caballo en dirección del cuidador del lugar.

Si su alteza, se llama Aaron. Es un nombre antiguo que significa "el mensajero de un guerrero" o "la montaña más alta". ¿No le gusta? —Explicó el hombre con aquella sonrisa permanente que tanto lo caracterizaba y hacía que sus ojos se volvieran pequeños.

Nah... Un caballo como este no merece un gran nombre como ese —Se quejó Taehyung en voz alta, volviendo al trote con Aaron.

Pero Aaron en un pura sangre, con uno de los pedigree más fino del reino —Dijo de forma agradable en cuidador mientras veía con cariño como Aaron trotaba hacia un árbol a propósito hasta que una rama golpeo de llano el rostro del príncipe—. Ah, me hizo preocuparme mucho cuando empezó a dejar de comer, pero míralo ahora. Míralo, tiene un cuerpo fino, ¡es un caballo con un cuerpo magnifico y un pelo brillante! Sobre todo, ningún caballo puede compararse con su velocidad-

The Golden KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora