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El bullicio que generaban todos los ministros y consejeros del rey que caminaban por el pasillo hacían eco en las paredes. Todos se encontraban desconcertados por la desafortunada situación que se había presentado en la sala de plata, donde normalmente tenían sus reuniones.

¿Qué ha ocurrido con las tuberías? —Preguntó uno de ellos, que iba al frente del gran grupo.

No estamos en épocas de lluvia, ¿por qué ocurre esto? —Comentó un consejero un poco más atrás.

Mientras tanto, el príncipe Taehyung los seguía de cerca, ocultándose detrás de las columnas. El príncipe tenía todo el derecho de caminar tranquilamente por aquello pasillos, pero se veía en la necesidad de ocultarse ya que su simple existencia era razón de sospecha para cualquiera de los esbirros del rey.

Estuvo cerca... No me había dicho que el pabellón era tan grande. ¡Jungkook...!

Taehyung había cumplido las órdenes del pelinegro, escabulléndose a la sala de plata y rompiendo una de las tuberías para que el dichoso salón se inundara justo antes de que el consejo del rey se reuniera. Luego tuvo que hacer maromas y piruetas para salir del lugar sin ser visto por el gentío.

Que otro remedio tenemos para que no ocurra nada con el agua. Tenemos que hacer la reunión junto a la sala esmeralda —Dijo un ministro encogiéndose de hombros.

En ese momento, justo cuando estaban a tan solo unos metros de la puerta dorada del salón esmeralda, se escuchó un fuerte crujido que resonó en toda el ala e hizo estremecer a todos los presentes. Por alguna razón, el ruido provino del salón esmeralda.

Uh... Acaba de romperse algo... —Murmuraron el grupo de hombres frente al dichoso salón.

La puerta del salón esmeralda se abrió inmediatamente después, dejando salir a un Daehyun enervado, caminando rápidamente y a pisotones lejos del lugar, sin importarle en lo más mínimo la presencia de su consejo allí.

¡Su majestad! —Hicieron reverencia los ministros y consejeros al momento en que el rey paso a su lado, pero este no se detuvo ni un momento, solo se alejó de ahí lo más rápido que pudo.

Todo el consejo quedo confundido por la actitud del rey, que nunca había sido muy amable pero esa vez parecía fúrico. Se giraron a ver como Daehyun se alejaba y notaron en su lugar que la mano del rey estaba manchada de una sustancia roja.

Demonios... ¿Esa no era la habitación esmeralda? —Preguntó uno de los consejeros, mirando el rostro sorprendido y confundido del resto.

¿De quién era esa sangre-?

Taehyung, quien se encontraba escondido detrás de una columna, vio partir al rey Daehyun sin prestar atención a las palabrerías que soltaban los ministros y consejeros. No comprendía por qué hacían tanto escándalo, hasta que lo oyó.

La conversación entre el consejo fue interrumpida a por un grito tan desgarrador que les erizo la piel y los alertó a todos, incluyendo a Taehyung.

¡¡Aaaaaaghhh!! —Sonó aquel chillido ensordecedor, viniendo del salón esmeralda, el cual el rey había dejado abierto.

¿Qué... Es eso? —Los ministros se miraron entre ellos, asustados por el grito.

El cerebro de Taehyung ni siquiera procesó aquello y simplemente se lanzó a correr hacia el salón esmeralda, empujando fuera de su camino a al consejo del rey para abrirse paso hasta las puertas doradas que yacían entreabiertas. Aquel gritó había puesto sus nervios a flor de piel, todavía no recordaba que Jimin se suponía que estuviera allí adentro.

The Golden KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora