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El joven príncipe miraba hacia la ventana del carruaje en el que llevaba ya demasiado tiempo dentro, observando los numerosos árboles secos y marchitados de lo que había sido alguna vez un frondoso y fructífero bosque.
Jugaba y lanzaba de una mano a otra una pálida y decolorada manzana, o al menos eso se suponía que era.


Esto sabe a porquería —Dijo Taehyung luego de haber mordido aquella manzana—. Es pequeña, vieja y pastosa. Incluso su cascara es frágil.

Por generaciones... El ducado de Seokjin usaba el agua del río para regar sus tierras. Se cultivaba una buena cantidad de frutas en el huerto del ducado, estas frutas eran tan dulces que incluso eran suministradas en el palacio real —Explicó Jungkook sentado frente a al rubio en el carruaje, sosteniendo un mapa—. La manzana que está comiendo ahora proviene de ese mismo huerto, señor. Pero la economía de la región encargada de la agricultura colapso hace dos años... Cuando el duque Seokjin bloqueo el río por el norte.

... Supongo que nunca le importo hacer las cosas bien con el duque. No puedo creer que hayamos sido lanzados en medio de una disputa de poder entre dos viejos —Se quejó el rubio, apoyando su mentón en su mano para volver a observar por la ventanilla.

Las personas son inocentes, así que alguien, cualquiera, debe presentar una solución, señor —Hablo de nuevo el pequeño pelinegro.

Por cierto... ¿por qué estás aquí? Era el único a quien se le fue comisionado —Los dorados ojos del príncipe escudriñaron la pequeña figura frente a él—. ¡¿Es un truco para pasar tiempo conmigo?! —Dijo emocionado Taehyung pero fue interrumpido por un fuerte pisotón en el pie, haciendo que chillara por el dolor.

Renuncie a mis vacaciones para acompañarlo... En caso de que se avergüence a sí mismo, ¿y eso es lo que tiene que decir, señor? —Habló Jungkook tranquilo, como si no acabara de pisar a propósito al cuarto príncipe del reino más poderoso—. La realeza casi nunca viaja sin compañía, son, por lo menos, acompañados por guardias, sirvientas y... Un marcapasos quien es el responsable del horario y la comunicación.


El príncipe no respondió, solo refunfuñó en su lugar, mirando mal al pelinegro y acariciando su pie lastimado.


[•••]

Luego de largas horas de viaje entre bosques secos y parcelas desoladas y secas, el carruaje arribó al ducado, tomando un atajo para llegar directamente al palacio del duque Seokjin.
Era una construcción grandísima de color crema apagado en la fachada, pero no era ni la cuarta parte de grande ni imponente que del palacio de oro del Rey Daehyun.

Los dos jóvenes abandonaron el carruaje al estar frente a la entrada de la gran mansión, donde los esperaba un solo hombre uniformado para informarles que no se podrían reunir con el duque Seokjin.


¡¿No podremos verlo?! —Gritó el joven príncipe con fingido enojo.

El duque Seokjin ha caído enfermo e insiste en que no podrá atenderlo el día de hoy —Explicó el sirviente, haciendo una reverencia en disculpa.

Nuestra visita no es bienvenida... —Dijo Jungkook al lado del príncipe mientras observaba a su alrededor.

¿Es en serio? Supongo que el gran duque no tiene tiempo para gastar en un "niño" del rey y un modesto príncipe... —Taehyung observó como una de las ventanas del palacio se abría y se asomaba un hombre viejo y arrugado de apariencia enferma que al hacer contacto visual con el joven cerro las cortinas, ocultándose de nuevo—. Bueno, esperaba que resultara de esta manera. Todo lo que podemos hacer ahora es volver al palacio y decirle al sangriento rey que ha perdido sentimiento del público.

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