Capítulo nueve

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𝐇𝐀𝐘𝐋𝐄𝐘 𝐌𝐀𝐑𝐒𝐇𝐀𝐋𝐋

Esos días que pasé junto a Hayley, y el moribundo de Elijah me sirvieron para conocer más a la loba, quién a partir de nuestro primer encuentro se había vuelto la persona más cercana a mí.

La loba contó que había llegado a Nueva Orleans en busca de su manada. También mencionó algo sobre el haber tenido que huir de su propia familia cuando se convirtió en una de ellos, y que a raíz de eso una bruja se encargó de cuidarla hasta cumplir la mayoría de edad. La curiosidad me entró entonces, y pese el buscar que dijese el nombre de la hechicera, no dio ningún dato personal sobre ella simplemente habló sobre la admiración que sentía.

Aunque lo que más me sorprendió de nuestra aventura juntos, fue la cantidad de episodios psicóticos que experimentó Elijah haciendo que nosotras pagásemos las consecuencias de estos.

Cuando, por fin, los efectos de la mordedura se disiparon volvimos a nuestra residencia habitual, a excepción de la loba que al haber encontrado a su familia durante el secuestro decidió quedarse con ellos.

La única diferencia al llegar de nuevo a casa fue que Klaus había conseguido recuperar el poder sobre Nueva Orleans y volvería a su antigua mansión, y por consecuente yo con él.

— ¿Y que hay de la bruja? —me señaló uno de los vampiros de Marcel trayéndome de vuelta a la tierra.

Klaus acababa de terminar su brindis en la primera cena que tenía como "rey" de la ciudad.

— Si te esperases, verías que no he terminado pues es un tema que me parece necesario abordar —comenzó—. Como muchos ya sabéis, lleva a mi hijo en su vientre. Y por lo tanto, confío en que todos la trataréis con debido respeto.

El rubio se movió hasta mi lugar situándose justo detrás de mi asiento, apoyando su mano en mi hombro como muestra de afecto.

Primeramente me sorprendió ese gesto, pero luego recordé que era un mentiroso compulsivo y entonces, lo entendí.

Solo estaba fingiendo.

— Sin embargo, tengo entendido que a algunos os preocupa ese rumor malicioso de que pretendo usar la sangre de nuestra hija para crear más híbridos —hizo una pausa dramática—. Os aseguro que no es así.

— El padre del año —mascullé en ironía para mí misma.

Aunque seguramente todos lo oirían gracias a sus atributos sobrenaturales. Y mi teoría se confirmó cuando Nik hizo un aspaviento volviendo a alejarse de mí.

— Veo que tendré que ganarme vuestra confianza. Está bien —aceptó—. Acabaré para siempre con vuestra inquietud. Porque sería imposible crear más híbridos sino quedarán más hombres lobo en el pantano que convertir.

Esas palabras activaron todas mis alarmas. Pensé en Hayley y en la ilusión que tenía por encontrar a su familia, ¿y ahora se la iban a arrebatar? No podía hacer eso, no podía cargarse a todos los de su especie.

No podía matar a Hayley.

— Klaus, no —mascullé alterándome conforme él seguía hablando.

— Así que comed y bebed, y os recomiendo que mañana salgáis a la caza de hombres lobo. ¡Matad a todos! —terminó su eterno brindis.

🥀

La puerta de entrada estaba libre. Miré a ambos lados para analizar los alrededores y al no divisar a nadie me encaminé hasta ella.

Tenía la esperanza de poder salir de allí y llegar hasta el pantano para avisar a Hayley.

— ¿Vas a alguna parte? —me sorprendió Diego, el secuaz de Marcel cortándome el paso.

𝐌𝐄𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐎 𝐁𝐄 ↠ Klaus M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora