𝐌𝐄𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐎 𝐁𝐄 ↠ Klaus M.

Capítulo diez

𝐓𝐎𝐌𝐁 𝐑𝐀𝐈𝐃𝐄𝐑

Rebekah se encontraba justo en frente de mí con los brazos cruzados, sin cara de buenos amigos. De hecho, no estaba nada contenta, y la razón de ello, parecía ser yo.

— La bruja ha volado —comentó dando un paso hacia mí.

Así que era por eso, ¿eh?

En un principio, pensaba hacerme la desatendida aunque era obvio que había sido yo la que había hecho librarse a Davina Claire del poder de los vampiros debido a mi enfrentamiento con Niklaus.

— Se ve que cogió la puerta y de largó. ¿Sabes algo? —me preguntó aunque sabía que ya sabía la respuesta.

— No — decidí mentir, pero su mirada me hizo rectificar—. Aunque sí que le dije que la bruja anciana había muerto.

— ¿Y le importo?

— Creo que le molestó que Marcel le ocultase que ya no existía la única traba para su libertad.

Rebekah asintió pareciendo analizar mis palabras— Es decir, que ha huido por tu culpa.

Giró sobre su eje y comenzó a andar en dirección opuesta alejándome de mí. Esa reacción me hizo saber que, definitivamente, estaba molesta y eso no me convenía.

— Oye, yo solo le dije la verdad. Ella se dio cuenta de que la utilizaban para mantener el control sobre las brujas.

— Bueno, nunca he sido fan del club de los chicos. Elijah se unirá a ellos y los tres juntos serán imposibles —dirigió su mirada hacia Klaus quién se encontraba en el piso de arriba—. Utilizada por las brujas, engañada por Marcel, manipulada por Elijah, amenazada por Klaus... Como una Chica del Ataúd moderna.

Noté cierto resquemor en su tono de voz— ¿Estás hablando de Davina o de ti misma?

— ¿Eso qué importa? De todas formas, nosotras tenemos que apoyarnos. Así que no diré nada de lo sucedido con la bruja.

🥀

Caminé por la mansión de un lado para otro, sin rumbo exacto, para ver si los guardaespaldas que el rubio me había puesto me dejaban en paz.

Harta me giré hacia ellos— Sé que Klaus os ha dicho que me sigáis, ¿pero de verdad vais a acompañarme incluso al servicio?

Mi teléfono desvió mi atención cuando una llamada de Sophie Deveraux entró.

— Dejadme un par de minutos. Es mi ginecóloga —me excusé para liberarme de su agobiante compañía.

Sin esperar a que respondiesen, y esperando, que acatasen mi orden indirecta, fui a una habitación aleatoria para tener privacidad.

— ¿Qué narices quieres tú ahora? —descolgué la llamada.

— Sé que no confias en mí, pero tienes que escucharme. Todo está a punto de cambiar, Davina anda suelta.

— ¿Lo has descubierto tú solita? —me burlé—. ¿Y dime por qué debería importarme?

— Necesito que hagas algo para que las brujas puedan completar la cosecha.

— ¿Se puede saber por qué iba yo a ayudar a finalizar esa mierda de ritual?

— Vas a ayudarme porque si no completamos la cosecha la magia se esfumará para siempre. Y la tuya también —hizo una pausa—. Sabes que no miento cuando digo eso.

— ¿Qué?

— Ayúdame a completar la cosecha y tendrás más poder del que posees. O no lo hagas, y perderás lo único que te queda.