Capítulo dieciseis

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¡hay una nota importante al final del capítulo!

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄

La figura de Sabine, o mejor dicho, Celeste apareció frente a mí una vez llegamos al claro del bosque. La mujer se encontraba con las manos atadas a un árbol y una cinta americana que cubría su boca, de tal manera que si gritaba nadie la oiría.

Se ve que durante la mañana pasada con Niklaus, Hayley se había dedicado a secuestrar a cierta bruja con la finalidad de sonsacarle información acerca de la maldición que acechaba a su manada.

La loba me había insistido tanto en ser partícipe que no había podido negarme. Además, si las palabras de aquel hombre lobo eran ciertas mi madre había formado parte de tal masacre por lo que también se necesitaría mi ayuda.

— ¿Qué es esto? ¿Venganza? —inquirió Celeste cuando la castaña le quitó dicha cinta de la boca—. Mira, lo siento. Sé que acabasteis envueltas en este embrollo pero no era mi intención. Los únicos afectados deberían de haber sido los Mikaelson.

— Entonces, ¿solo fuimos daños colaterales? Porque casi quemas viva a Hayley en esa maldita casa —me quejé bruscamente.

Celeste se removió incómoda en su lugar por tal acusación lo que provocó que Hayley disparase al cielo con la escopeta que había robado de una familia cualquiera, asustándonos a ambas.

— Ten cuidado, Sabine, Celeste, o cómo quiera que te llames. Los movimientos repentinos me hacen ponerme nerviosa —amenazó volviendo a recargar el arma.

— ¿Qué? ¿Me vas a matar, cariño?

Solté una risa irónica tras escuchar aquel apodo afectivo utilizado de forma sarcástica. Las tres sabíamos que su intención había sido provocar una reacción violenta de ella, pero Hayley no se dio por aludida.

En caso de haberme llamado a mí así, podría asegurar que Celeste se encontraría con una bala en la pierna como recordatorio de haber intentado burlarse de mí.

— No, algo mucho mejor —opinó ésta—. Sabemos todo sobre ti, Celeste. Entre otras cosas sabemos que te gusta suicidarte y saltar al cuerpo de otros. Pero, que mala suerte, que eso no va a pasar aquí.

— ¿Ah, no? ¿Y quién va a impedir eso?

— Yo misma —tomé la palabra—. Quizás no podamos matarte pero a la mínima cosa extraña que note, te rompo las costillas. Una por una.

Tras esas palabras la mujer pareció recapacitar acerca de sus intenciones porque finalmente aceptó a obedecernos.

— Bien, ¿qué queréis?

Hayley dio un paso adelante captando toda su atención. Por mi parte, me quedé en un segundo plano pues éste era el momento tan esperado por mi amiga.

— Allá por los noventa tú habitabas en el cuerpo de una bruja llamada Brynne Deveraux, ¿recuerdas? Bajo el mando de Marcel pusiste una maldición a los hombrelobos de tal manera que solo pudiesen volver a ser humanos bajo la luna llena.

— Sé de lo que hablas, pero tengo que corregirte en un aspecto. No fue solo acción mía sino que para llevar acabo tal maleficio necesite de la ayuda de otra bruja.

— ¿Si? ¿Quién más?

— Creo que ya sabéis la respuesta —murmuró fijando toda su atención en mí—. ¿O no, Heaven?

Así que era cierto lo que aquel chico me había comentado. Era verdad que mi madre había sido una de las responsables de lo sucedido a los Medialuna.

𝐌𝐄𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐎 𝐁𝐄 ↠ Klaus M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora