Malessere (6)

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- Este es el baño privado de los trabajadores. No puedes entrar.- incriminó.

- No vi la señal...- mintió descaradamente sonriendo ladino.- No me respondiste la última vez el por qué entraste en el cuarto de baño femenino.

- Podría denunciarte por acoso.- amenazó.

- Oh, claro...- rodó los ojos.- ¿Y qué les vas a decir?- preguntó con una sonrisa ladina apoyando una mano en la pared de racholas blancas.- ¿Algo como: "Estaba en el baño de mujeres haciendo mis cosas cuando alguien que aparentemente es un hombre entró a acosarme"?

- Que seas tan ambiguo me incomoda considerablemente.- intentó apartarlo apoyando las manos en su pecho para alejarlo, lo estaba intimidando un poco, y la idea de quedarse sin espacio y atrapado en la pared no le parecía atractiva.

- Porque no se aceptan los términos elle o elles en el ambiente laboral, porque si no los usaría.- Camil parpadeó con incredulidad.

- Ni siquiera los usas para ti mismo.

- No estoy en mi mejor momento...- admitió encogiéndose de hombros.- Pero de todas maneras sería lo correcto.- se inclinó un poco.- Tus pestañas son rubias...

- ¿Ajá...?- emitió con un hilo de voz.- Aléjate o gritaré.- amenazó.- Y cuando salga de aquí te denunciaré por acoso...

Nicola rodó los ojos y apartó la mano de la pared, situando ambas manos a los lados de su cuerpo, indicando que era inocente.

- No te he tocado en ningún momento, no hay pruebas de huellas dactilares en tu cuerpo, así que no hay ningún delito de por medio, porque las palabras se las lleva el viento; si no tienes pruebas táctiles, visibles o empíricas, no te servirá para denunciarme, sobre todo porque ambos somos hombres, presuntamente...- Camil entrecerró los ojos.- Aunque esos labios son una verdadera tentación...- admitió sonriendo confiado.

Camil carraspeó incómodo.

- Dijiste que eras una mujer.

- También dije que era hombre.- se encogió de hombros desinteresado.

- No puedes ser ambos.

- ¿Y lo dices precisamente tú?- Camil se quedó sin habla.

- ¿Quién te crees para decirme eso? No sabes nada de mí.- intentó que su tono de voz se agravara de forma artificial, pero no salió bien, de hecho, parecía un intento patético.

- Asumo que estamos en la misma posición.

- No eres nadie para asumir nada de mí.- frunció el ceño ligeramente.- No te acerques a mí. Nunca más.

- ¿Ni siquiera intentando empezar de cero?

- ¡No!- exclamó saliendo del cuarto de baño.

Nicola insistió una vez más, saliendo detrás de él. Pero dejó de insistir al escuchar cómo lo llamaban. Camil pudo ver su expresión temblar un poco y crisparse hasta casi romperse como una máscara de porcelana que es apretada hasta que las grietas aparecen. Incluso lo escuchó maldecir por lo bajo y alejarse de él como si nada pasara, como si no hubieran hablado y volvió a sentarse en la mesa. Camil observó vivamente el detalle, sus ojos no perdieron un solo segundo de la escena, ni siquiera parpadeó porque no quería perderse un solo instante. Aún arriesgándose a que le echaran la bronca por no hacer nada...

Nicola estaba sentado con cuatro personas más además de él. Tres chicas, un chico. Él estaba sentado al lado del chico, quién tenía a su lado a una chica con la que actuaba altamente romántico, casi rozando el término de empalagoso... El chico había sido quien lo había llamado, pasando un brazo por los hombros de la chica, presuntamente la novia. Y ella charlaba con sus amigas, que a su vez, parecían estar distraídas observando a otro de los camareros, a uno de sus compañeros... Y las tres hablaban entre susurros y miradas cómplices que Camil podría interpretar como que era el interés romántico de alguna de las dos restantes. El chico y Nicola miraban a las otras dos chicas, Nicola estaba en silencio, sus ojos se desviaban hacia él, pero Camil no centraba su vista en él. Centraba su vista en el chico... Tenía un brazo alrededor de los hombros de su novia, la besaba empalagosamente de forma constante, pero el otro brazo se paseaba disimulada y detenidamente por el muslo de Nicola.

Aquello hizo centrar su atención en las reacciones del implicado. Intentaba apartar su pierna, cruzando una encima de la otra, incluso inclinar las piernas fuera de su alcance... Y su expresión incómoda centraba su atención en la novia que charlaba tranquilamente con las otras dos chicas, o incluso mirando mal al contrario, pero este no paró. De hecho, continuó jugando a esa especie de juego a doble banda.

Camil vio por el rabillo del ojo, cuando lo llamaron, los ojos marrones de Nicola, suplicando ayuda.

Lo cual le parecía ciertamente contradictorio por la confianza que este había demostrado tener al meterse en el baño privado de trabajadores o tener el descaro de acorralarlo en la pared. Definitivamente, las situaciones de cada persona y sus circunstancias eran intrigantes hasta cierto punto, pero no podía llegar a entender la desesperación con la que se había visto Nicola tan apurado que había tenido que suplicarle a un completo desconocido que lo ayudara.

- ¿Esto va para las siete?- preguntó Camil apoyándose en la barra.

- Sí. Pero de la siete se encarga Luca.

- Mis mesas están atendidas. Me encargo de esto.

- Te vas a meter en problemas con él otra vez...- Camil insistió con la mirada y rodó los ojos.

- No tengo nada que hacer de todos modos.- agarró la bandeja con una mano y se dirigió directamente hacia la mesa siete.

La mesa en la que Nicola se encontraba con su grupo de amigos y en la misma mesa en la que le habían pedido ayuda con la mirada.

- No eres nuestro camarero.

- Su camarero tiene muchas mesas que atender, le estoy quitando algo de trabajo...- Dijo rápidamente como excusa sirviendo las bebidas alcohólicas por la mesa.- Permiso...

- Grazie...- escuchó en su oído cuando se inclinó para dejar las bebidas entre Nicola y el otro chico, obligando a que ambos se separaran y por tanto Nicola tuviera una oportunidad de apartarse definitivamente del chico.

Camil asintió con la mirada y se retiró de la mesa. Tomando distancia.

- Camil, no te metas en mi trabajo.- Luca, su compañero de trabajo, se acercó a él con una clara mirada furtiva.- Esa mesa es mía.

- Estabas ocupado con el resto... Y yo tengo todas mis mesas atendidas.- respondió devolviéndole la bandeja en mano.

Luca rodó los ojos y se acercó a la mesa en cuestión, preguntando si estaba todo bien. Camil puso la oreja en la conversación mientras atendía a una nueva mesa justo al lado de la que estaba Luca.

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"Incomodidad"

No creo que sea necesario que tradujera el "Grazie", pero en todo caso es "Gracias".

El tema de la incomodidad de Nicola respecto al chico que le estaba tocando la pierna no es un tema menor aunque lo parezca, de hecho, tiene bastante más profundidad y es algo que Nicola no explica, al menos no íntegramente. Quiero decir, nadie explica las cosas íntegramente... No siempre...

Por suerte sí lo hará al final 👀✨

Aquí las opiniones ------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1190 Palabras]

50.- Just sex (+18) (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora