Cuatro

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El corazón de Sakura llevaba roto mucho tiempo, pero cada vez lograba romperse un poco más.

— ChaeWon... — su mano buscó tocar su mejilla, ilusionada con que quizás, su ChaeWon estaba allí.

— ¡No! ¡No me toques! — la de mechas rubias se removió, alejándose de su tacto, entre llanto y las emociones que la asfixiaban soltaba quejidos, su cuerpo se agitaba en temblores como si la estuvieran golpeando.

Personas invisibles que eran propias únicamente de sus recuerdos, los dueños de sus más horribles pesadillas, hombres que solo ChaeWon podía ver.

Sakura la veía, llorando en silencio, escuchaba sus gritos mientras pedía ayuda, mientras rogaba, y cada tanto la llamaba a ella, pero no podía hacer nada para ayudarla.

Al igual que años atrás, al igual que en
esos tres meses dónde su linda novia fue usada por un montón de enfermos hasta que la rompieron, la ataron hasta que ya no intentó escapar, la abusaron hasta que se cansaron, la golpearon hasta que ya no pudo responder, la mataron hasta que no quedaba nada de la ChaeWon que habían conocido.

Cuando la encontraron la habían dado por muerta, a un lado de una carretera, de noche, alejada de la cuidad, alejada de un hospital, alejada de ella.

Apenas respirando, con moretones en todo el cuerpo, con huesos rotos, con sangre escurriendo entre sus piernas, con una contusión cerebral que le dejó secuelas que podrían durar toda la vida.

La principal era la amnesia, literalmente la habían pateado hasta que ya no recordaba quién era.

Mucho menos recordaba a sus amigos, a su familia, a su novia.

Y por más que sus heridas ya no sangraban, por más que su cerebro había vuelto a lo normal, por más que ya le habían dado el alta del hospital, y el alta del psicólogo, no había nada más que pudiera ayudarla.

Y desde hacía dos años que Sakura vivía con una ChaeWon que ya no era su novia, que era alguien distinta, que era igual que una niña, que estaba aprendiendo todo de nuevo.

Dentro de ella, creía que la ChaeWon de antes estaba allí, en algún lado, la misma ChaeWon que la llamaba en gritos desesperados mientras tenía un ataque de ansiedad.

A veces, cuando esos ataques ocurrían, ChaeWon se levantaba de la cama y quería escapar, correr lejos, huir de las imágenes en su cabeza, pero no podía, nunca podía huir de ellas, y era peligroso, no sería la primera vez que se lastimaba, que se golpeaba contra las paredes, que se caía, por eso debía permanecer en la cama, el lugar más suave de todos, a salvo.

Sakura vio a ChaeWon levantándose en la cama, lista para huir, de inmediato la abrazó con fuerza, lanzándose sobre ella y aprisionando su cuerpo contra la cama.

— ¡No! ¡No! ¡Saku! ¡A-ayuda!

— ChaeWon... Estoy aquí, estoy aquí — murmuró, las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas.

La rubia sollozó contra su oído, por un momento sus ojitos se enfocaron en ella, se sintió un idiota por ilusionarse de nuevo, por milésima vez, pero allí estaba su ChaeWon, murmurando su nombre entre lágrimas.

— Estás en casa, ChaeWon, ya pasó... No es real, nada de eso es real — murmuró Sakura rápidamente, esperando que en ese pequeño segundo de conciencia, la ayudara.

Como siempre, no sirvió de nada, ChaeWon continuó sufriendo, entre llantos y llamados de auxilio, hasta que se desmayó en brazos de la castaña, cosa que también solía pasar cada vez.

Sakura se quedaba a su lado, se mentalizaba para creer que era otra cosa, y ChaeWon sólo estaba durmiendo junto a ella, que nada malo había pasado, se consolaba a si misma, sólo porque su ChaeWon no estaba allí para hacerlo por ella.

Al menos, luego de que se desmayaba, podía respirar normalmente de nuevo, podía dejar de llorar, a pesar de que luego se perdía en pesadillas de nuevo, y ella se quedaba a su lado para cuando despertara, aterrada. Luego de todo, estaban las dos juntas e iguales, ambas rotas, ambas lastimadas, ambas muertas y renacidos en alguien completamente diferente.

Memories ❥ MSK + KCWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora