Doce

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Cuando ChaeWon recibió el alta del hospital, unos nueve meses después de haberla encontrado, aún no podía estar cerca de gente, no le gustaba que la tocaran, no quería estar con nadie, menos a solas, menos en una habitación cerrada.

Sakura había dejado que la de mechas rubias durmiera en su cama, la que compartían antes, en su vieja vida, hasta que pudo acomodar la pequeña sala que usaban de depósito, para guardar desde comida, algo de ropa que no usaban, libros viejos, y hasta los productos de limpieza.

Tuvo que deshacerse de una gran cantidad de cosas, la comida de reserva y las cosas de limpieza pasaron a un mueble en la sala, y hasta que consiguieron una cama particular para aquel nuevo cuarto, Sakura durmió en un saco de dormir en la sala.

Por más que aquel "cuarto" era tan pequeño, sólo lo suficientemente grande como para que entrara su cama y una pequeña mesa de luz, habían añadido un par de cajones debajo de la cama para que ChaeWon tuviera acomodada su ropa, aquel lugar ni siquiera tenía una ventana.

Pero ChaeWon parecía conforme, tenía su propio lugar, su propio espacio, y le gustaba tener esa privacidad.

Y luego de dos años de el incidente, y un año y unos meses de vivir con Sakura, finalmente ChaeWon le pidió a la menor dormir con ella, todas las noches.

— Es lindo dormir contigo —murmuró, pensando que Sakura se estaba negando cuando le preguntó el por qué —Y al final... He dormido más contigo que en mí cuarto, entre, ya sabes, las pesadillas y eso... Creo que sería más fácil si solo estoy junto a ti.

La miró con ojitos de cachorro, con un leve puchero.

Sakura quería comerla a besos.

— Claro que si ChaeWon, no hay problema... Me gusta dormir contigo también.

ChaeWon sonrió, sintiéndose halagada.

A veces Sakura le decía cosas lindas, que le hacían sentir cosquillas por dentro, a veces eran tantas las cosquillas que la hacían reír o ponerse muy roja.

A veces se sentía como una tonta porque Sakura podría decir algo muy simple, algo común, o cotidiano, pero en un tono especial y bonito, y lograba tanto con tan poco.

Desde entonces ChaeWon comenzó a dormir junto a ella, y se olvidó de las pesadillas por un largo tiempo.

Por el contrario, comenzó a tener sueños muy lindos, creía que era por estar a su lado, porque Sakura le tenía tanto cariño que, de alguna forma, al estar junto a ella hacia una burbuja protectora hecha de este, y allí estaba a salvo, incluso en sus sueños.

En sus sueños Sakura seguía siendo su novia, y ambas estaban felices, en sus dueños podía besarla cuánto quisiera, en sus sueños podía ir de paseo con ella a la playa, al parque, al cine, o salir a comer, sin tener ese miedo abrumador a la gente, sin sentirse perdida, en sus sueños podía entender todo lo que pasaba a su alrededor.

Por dentro deseaba tener un mundo así, deseaba ser como aquella ChaeWon de sus sueños, y que Sakura sea tan feliz como se mostraba en su mente.

Con cada sueño, comenzaba a ver a Sakura como era en realidad, era melancólica, algo seria, algo callada a veces, y siempre que no estaba cuidando de ella, que no le estaba prestando atención, se notaba triste, mucho.

Comenzó a notar que Sakura sonreía sólo con ella, pero no era esa sonrisa amplia que veía en las noches, en la vida real era más cansada.

¿Por qué su Sakura está triste? ¿Por qué estaba cansada? ¿Por qué no era como la chica de sus sueños?

Fueron tantas noches, tantas semanas, sintiendo sus labios en sueños, que ChaeWon quería sentirlos en la vida real.

Así que una noche se despertó, viendo a Sakura dormir, abrazando levemente su cintura, que juntó algo de valor y toda su curiosidad.

Tomó las mejillas de la castaña con delicadeza, y algo nerviosa, porque no había besado nunca, a parte de en sueños, juntó sus labios, con el corazón acelerado y sus mejillas ardiendo en rubor, encontró en los labios de Sakura una sensación tan extraña pero tan familiar a la vez.

Las cosquillas en su estómago, ese calor en su pecho, que contagiaba descargas eléctricas que le dieron un pequeño escalofrío, esa felicidad que la invadía completamente.

Movió sus labios contra los de la castaña, escuchó un murmullo venir de ella, y se asustó un poco.

Se separó para encontrar los ojos de Sakura mirándola, sin poder creerlo.

— Sakura, lo siento —murmuró, creyendo que iba a retarla, sus ojitos se movieron inquietos, pasando de mirar las sábanas, a los oscuros ojos de la otra, al techo, o hacia un lado.

Sin saber qué decir, fue interrumpida en sus intentos cuando la menor tomó una de sus mejillas y volvió a juntar sus labios de nuevo, besándola con tanta necesidad, pero con tanto cuidado, dejándola respirar entre beso y beso, profundizando cada vez más su encuentro.

Un beso que Sakura llevaba esperando años para poder hacer, finalmente estaba allí, con ella, una parte de ChaeWon que tanto había extrañado.

Memories ❥ MSK + KCWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora