Veintisiete

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ChaeWon despertó un par de minutos después, su respiración se había calmado, aunque su dolor de cabeza no, así que, como siempre, Sakura fue a buscar un pack de hielo envuelto en servilletas y lo acomodó sobre su cabeza.

La pelinegra pasó largo rato en silencio, sus ojitos miraban a la castaña con algo de curiosidad y muchas dudas, pero parecía incapaz de decir palabra, Sakura le dió su tiempo para volver a hablar.

— Sakura...

— ¿Si, ChaeWon?

— ¿Por qué nunca me dijiste que era tu novia? — murmuró, sonó algo dolida.

— Porque siempre que intenté te daba un ataque de pánico y no quiero lastimarte, ChaeWon. — respondió la castaña en un tono tranquilo y bajo, tenía miedo de decir algo que estuviera mal. — ¿Cómo te sientes?

— Mareada — murmuró la mayor, haciéndose una bolita contra el pecho de Sakura.

— Pasará, ChaeWonssi, tranquila.

Sakura estaba bastante nerviosa, temblaba furiosamente y aún tenía las mejillas empapadas en lágrimas, aunque ChaeWon parecía no poder notarlo, en su mente solo parecía no poder notarlo, en su mente solo podía pensar que tenía que llamar a la doctora YunJin para que la ayudara, porque no sabía si le haría bien a ChaeWon recordar.

Su cuerpo se tensaba demasiado cuando recordaba, a demás de los ataques de ansiedad podría sufrir taquicardias, falta de apetito e insomnio, cosa que la terminaría enfermando... O si llegaba a ser peor (como las primeras semanas de rehabilitación, en las cuales habían intentado hacerle recordar), podía llegar a tener convulsiones debido al estrés.

Las convulsiones se volvían aún más peligrosas por la contusión cerebral que había sufrido, un golpe podría causar otra, o mucha tensión podría provocar un ACV... Tenía muchos riesgos.

ChaeWon era delicada, y por eso Sakura tenía que protegerla con su vida.

La mayor pasó el resto del día en la cama, no se levantó ni siquiera para cenar, el dolor de cabeza no había calmado del todo, y su mente estaba muy confusa, parecía que veía todo a través de una niebla espesa.

Cada tanto se aclaraba y podía hablar un poco, después todo volvía a oscurecer y por momentos olvidaba dónde y con quién estaba, a lo largo de ese día, otras cuantas escenas del pasado volvieron a su mente.

Se veía a si misma salir de una escuela y encontrarse a Sakura en una cafetería; otra era de ella terminando una clase de baile y la castaña estaba esperándola con una rosa en su mano; y otras muchas veces donde se estaban besando, durmiendo acurrucadas, o desnudas, juntas.

A veces alguna imagen de sus pesadillas aparecían... Con solo recordar un cuerpo desnudo su mente iba automáticamente a los toques forzados, las manos ásperas y a las sucias acciones que le habían obligado a hacer... Pero había logrado escapar de esos recuerdos antes de tener otro ataque.

Apenas podía escuchar a Sakura hablarle cada tanto, pero la castaña no quería hacerle más mal, así la dejaba tranquila.

La había acompañado al baño un par de veces, y cuando llegó la noche Sakura preparó algo de ramen instantáneo para las dos, aunque ChaeWon comió muy poco y con ayuda de la menor.

En la noche, luego de todas aquellas horas donde la menor había velado por el bienestar de la de cabello corto, llamó a la doctora, viendo que aquello no iba a mejorar

— ¿Sakura? — dijo la voz de Kazuha.

— Hola, yo necesito hablar con YunJin... Creo que es importante, es ChaeWon, ha recordado algo y no lo está tomando muy bien.

— Ya te paso. —dijo con rapidez, fueron unos cuantos segundos donde se escucharon pasos apresurados, hasta que YunJin atendió. —Sakura, ¿Qué tiene? ¿Qué pasó?

— Pues... Yo fui a mi cita con la psicóloga y al regresar, ChaeWon había encontrado unas fotos viejas que le dije que no podía mirar, cuando llegue estaba entrando en pánico y se desmayó... Ella recordó que somos novias y creo que está recordando nuestros momentos juntas, pero eso siempre le ha hecho mal.

— ¿Y como está ahora?

— Está en cama, le duele la cabeza y actúa muy confundida... Lleva así todo el día. — la castaña miró por sobre su hombro a la pequeña de mechas rubias, que se abrazaba a la almohada de la menor —A veces habla y me responde pero después se pierde... No ha comido casi nada en todo el día y he tenido que ayudarla para ir al baño, no puede ponerse de pie porque se marea.

— ¿Cuántos ataques tuvo hoy?

— Que yo sepa, sólo uno. — murmuró. — Cada tanto tiene algún síntoma, llora e hiperventila... Pero no llega a tener otro ataque.

— ¿Quieres que vaya a verla? — ofreció la doctora.

— Sí, por favor.

— De acuerdo, Sakura, estaré allí en un rato.

— Gracias.

— Estará bien, tu mantén la calma, Saku. — dijo, en aquel tono maternal que solía usar para alentarla cuando estaba mal, la castaña apenas sonrió y colgó sin decir nada más.

Memories ❥ MSK + KCWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora