Capítulo III

33 6 0
                                    

La primera vez que Ivana presentó síntomas de su segundo embarazo tuvo náuseas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La primera vez que Ivana presentó síntomas de su segundo embarazo tuvo náuseas. Sucedió mientras cocinaba el almuerzo para cuando Philip llegara a casa, revolviendo la carne en una olla. Sintió como algo del estómago quería salirse por su boca y, dió una arqueada, tapando su boca. Pero repentinamente como llegó se fue. Se quedó allí parada pensando unos segundos, ¿Estaría enferma? Se preguntó, pero pronto lo había dejado de lado, después de todo esa mañana había tomado café con leche, y el café le provocaban náuseas. Seguramente era eso.

Escuchó las risas de Pilar en la sala, gateando mientras jugaba con una muñeca de trapos. Cuando Ivana vio a su hija sonrió, se veía tan inocente en el piso. Ella no sabía lo que era una muñeca y por lo tanto no sabía como jugar con ella, sólo la veía con algo con que entretenerse. Daba vueltas con el juguete en el suelo mientras soltaba ruidos que ni el humano más inteligente podría entender. Se alegraba de ver feliz a Pilar, y se alegraba de haberla tenido. También, se alegraba de que Philip poco a poco se fue encariñando con la niña. Al principio lo dudó, pero ahora no, incluso había sido él el que le había regalado la muñeca a su hija.

Él también solía jugar mucho con su hija, sentarse en el piso mientras fingía que ella lo entendía, ¿Y quién sabe? Tal vez si lo entendía, después de todo los adultos no saben lo que pasa en la mente de los niños, sólo porque no sepan hablar no significa que no sientan. ¿Cuándo comenzaría a hablar Pilar? Apenas ha empezado a decir muy pocas palabras.

—¡Mueca! — gritó la niña riendo.

—Sí, así es. Muñeca. — Pensó Ivana. A estas alturas ya se había olvidado de las náuseas, a pesar de que unas horas más tardes las había vuelto a tener cuando estaba con su esposo en la sala.

—¿Te encuentras bien? — preguntó Philip, cargando a la niña.

—Si, es que bebí café esta mañana y ya sabes como me pongo.

—Si sabes que no te es bueno beberlo, ¿Por qué lo haces?. — levantó a Pilar con las manos delante de él — ¿Verdad que si?.

—¡Apa! — Pilar, que era una niña hiperactiva, agitó sus brazos riendo al ver el rostro de su padre.

Philip sintió como sus mejillas comenzaban a escocer levemente, ¿Se había sonrojado?. También, su pecho comenzaba a calentarse y su corazón empezó a latir mucho más rápido de lo normal. Sus ojos, que aunque no lo demostraran seguido, brillaron ante lo que su hija había dicho. Él no estaba seguro por completo, puesto que Pilar no había pronunciado bien la palabra, pero lo había dicho, ¿Verdad?. Ivana también se había dado cuenta, pues igual a Philip, había mostrado una expresión de emoción.

—¡¿Qué dijiste?! — preguntó Philip, con esa sonrisa que Ivana amaba — ¡¿Papá?! ¡¿Has dicho "papá"?!

—¡Si, si! — gritó Ivana y se levantó de la silla aún lado del sillón donde estaba Philip — ¡Lo ha dicho!.

Verde de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora