-Estas bien? -Dijo Fritz soltando el trozo de madera.
-C-Creo que si... Gracias. -Respondí.
-Estas bien? -Dijo Fritz soltando el trozo de madera.
-C-Creo que si... Gracias. -Logre pronunciar aun sin salir de mi asombro.
Su mirada inquieta iba de arriba hacia abajo mientras su boca se retorcía en una mueca en un intento de decir algo, pero sin éxito alguno. El crujir de las armaduras se volvió más claro. Ocultamos a los que estaban tirados en el suelo, amontonándolos debajo de un montón de cajas vacías y cubriéndolos con trozos de madera rota, rezando para que ninguno de los guardias notara el desastre y empezara a investigar el lugar. Refugiándonos entre las sombras, esperamos a que pasaran de largo.
-Date prisa. Esos estirados come-libros-batas-blancas piensan sacar esa cosa del taller. No quiero estar aquí si algo sale mal.
Sus voces se volvieron inaudibles a medida que se perdían entre los corredores con urgencia.
-Creo que esta despejado... -Dijo suspirando con alivio- Solo falta llegar a la última torre que conecta al castillo y seremos libres.
Intercambiamos miradas. Ninguno se atrevió a decir algo, pero sabíamos que no sería tan fácil. Fritz me guio a través de corredores que me parecían ser todos los mismos. Antes de darme cuenta, ya nos encontrábamos a en el último tramo hacia la salida.
-Sabes... Yo... Solo... -Dijo Fritz.
Su voz rompió el silencio al que me había acostumbrado en nuestro camino hacia el exterior.
-Tienes algo que decirme? -Dije, invitándolo a hablar.
Fritz respiro profundo y finalmente decidió hablar.
-Lo siento. Es solo que... yo no... No tengo las palabras para decirte lo mucho que te agradezco por lo que hiciste allá abajo.
No respondí. A pesar de que se tropezaba con sus propias palabras, Fritz, quien hace unas pocas horas había visto sollozando en lo más profundo del calabozo, ahora sonreía de oreja a oreja. Un nudo se me hizo en la garganta.
- ¿Puedo preguntar, por qué? -Termine diciendo.
Fritz me observo extrañado, pero con una emoción que no pudo disimular.
- ¿Aun sigo aquí? Ah decir verdad, ni yo lo se. Llegar hasta aquí ha sido muy fácil con todo ese alboroto que has hecho allá abajo. Cuando todo quedo en silencio, no pude evitar pensar, "¿Habrá logrado escapar de este lugar?". Antes de que me diera cuenta, ya estaba buscándote. Aunque, no fue muy difícil encontrarte. Solo debía de estar atento y esperar a que crearas otro alboroto. -Se rio de manera jocosa.
-Lo siento. -Dije.
Un nudo se me hizo en el estómago. Fritz arrugo los ojos e hizo un gesto con las manos.
-No es tu culpa. Fue mi decisión regresar a buscarte. -Dijo como si me hubiese leído la mente- Además, como podría decirle a mi padre que "abandone" a la persona que me saco del calabozo. -sonrió y me dio unas palmadas en la espalda.
A mí también se me escapo una sonrisa. Las heridas en sus manos causadas por la máquina de tortura aun parecían dolerle, los moretones en su cuerpo dificultaban su andar y su ropa arrepienta a duras penas le daban protección, sin embargo, había algo en su semblante que irradia esperanza. Por un momento dejé de pensar en la oscuridad de las mazmorras y me enfoqué en aquella luz sobre nosotros que nos prometía libertad. El rítmico retumbar de los pesados pasos marchando a paso redoblado nos tomó por sorpresa.
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Chrono Trigger
FanfictionChrono Trigger Año 1000 d.C. El reino entero está celebrando en honor a la paz y la prosperidad que abundan en sus tierras. El Festival Milenario se lleva a cabo a su máximo esplendor. Crono Skylong un joven aprendiz del arte del manejo de la espada...