Capítulo 18 "Lo puedo hacer?"

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Volví a escuchar la voz de mi padre en medio de la oscuridad, como un cálido recuerdo que me acobijaba, acompañado por leve silbido, una dulce melodía causado por una gentil brisa acariciando un par de campanillas de viento.

-Todo estará bien... Sigue hacia adelante...

Desperté de golpe al escuchar el sonido de las cadenas que repiqueteaban en la tenue oscuridad de lo largos pasillos del calabozo. Había estado las últimas horas buscando una salida mientras caminaba entre los interminables pasillos que se conectaban entre sí como un enorme laberinto, los cuales conducían a un solo final aparente, la cámara de tortura.

Adolorido y sin ninguna idea de cuando fue que había quedado inconsciente, observe a mi alrededor, revisando cada aspecto que, con dificultad, lograba distinguir debido a la oscuridad en la cual estaba sumido.

Estaba encogido en un rincón de alguna celda, de la cual apenas recuerdo haber entrado debido al dolor y agotamiento, con la espada que Kyle me había dado en el momento en que escape de mi celda.

-Kyle... -Dije su nombre al recordar lo que ese chico había hecho por mí en la celda.

Recordé el fervor en sus ojos y la implacabilidad de sus palabras cuando intento protegerme. Su anhelo de saber la razón que llevo a mi padre a abandonar su deber y su lucha al intentar rechazar los rumores creados injustificadamente por las demás, lo llevaron a hacer cosas que, a la vista de la mayoría, estaría fuera de su capacidad. ¿Qué clase de influencia inspiradora tenía mi padre para con estas personas?

Me aferre a la espada entre mis brazos ante aquella idea. Reviso mi pierna, la cual aún dolía debido a la caída desde el piso superior después de que se derrumbara el suelo, verificando si había algún tipo de lesión. Mi mente comenzó a divagar entre cientos de ideas y pensamientos, estime el tiempo que había pasado desde que me escape y lo que podrían tardar si llegasen a informar al castillo. Pero para mí, aquello no representaba ninguna amenaza en esos momentos.

Repase el mapa mental que había hecho tras recorrer los vastos pasillos, todo aquello con el fin de mantener mi mente distraída, verificando cuales había estado y en cuales no, incluso comencé a imaginarme la cara de Chester y Lucca al contarles cómo me escape de este lugar, desee con fuerzas probar nuevamente la comida de madre, pues para mi había pasado bastante tiempo desde que no había probado bocado alguno hecho por ella, jurando nunca más dejar nada en mi plato por mucho que lo odiara, pero lo que más anhelaba era ver la sonrisa de Nadia, cuya imagen se me hacía muy lejana e imposible de alcanzar en esos instantes, quien diría que tan fortuito encuentro acabaría en tan semejante situación.

Unas cuantas lagrimas comenzaron a caer a través de mi mejilla a medida que apretaba el vendaje improvisado que había hecho alrededor de mi tobillo.

Nuevamente el sonido de cadenas golpeando, pensé que podría ser alguna corriente de aire que mecía alguna cadena suelta en una celda, pero tras escucharlo otra vez un par de minutos más tarde, me di cuenta que aquello no era el caso, alguien lo estaba provocando.

"Todo estará bien... Sigue hacia adelante..."

Recordé esas palabras nuevamente y las repetí para mí mismo, como si fuera algún tipo de mantra que me daría fuerzas para continuar.

Ajustando la espada a mi cintura, me levanté del suelo y salgo de la celda. El sonido de las cadenas estaba acompañado por algo más, un sollozo, un lamento distante a través del pasillo haciendo eco en cada una de las celdas. No se me hizo difícil saber su origen, aquella alma se encontraba dentro de la cámara de tortura, esperando el mismo destino que todos compartíamos. Cuidando cada paso que daba y dudando sobre la versatilidad de mi idea, me acerque lentamente hacia la entrada que lleva hacia el interior de la recamara.

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