3. La Boda

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Vaenya veía por la ventana los barcos de los Velaryon

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Vaenya veía por la ventana los barcos de los Velaryon. Era todo un espectáculo, al rededor de ellos volaban los dragones de Laenor y la princesa Rhaenys. Deseaba volar un día como ellos en su dragon.

Los niños no irían al banquete y eso era un hecho, pero a la pequeña Vaenya no le gustaba. Todo fue que viera a Caraxes por la ventana para animarse a escapar de la habitación.

Tardó un poco, pero logró evadir a las criadas y los guardias. Tenía un vestido de dos colores, la parte de arriba era roja y la de abajo era negra. Camino por los pasillos asegurándose de que nadie la viera.

Corrió al ver a Daemon caminar al salón del trono donde sería el banquete. Este al escuchar las pesadas de Vaenya voltea para ver a la princesa.

—¿Porqué estas aquí?—le pregunto Daemon sonriendo.

—Hola—solo dice eso y Daemon le toma una mano.

—Vas a ser mi boleto para que no me corran—dice y así camina con ella de la mano para entrar al salón. Todos estaban conmocionados al verlo, mucho más cuando vieron a la princesa Vaenya de su mano.

Cuando ambos príncipes llegaron al frente de la mesa, Viserys los ve conmocionado.

—¿Que haces con mi hija?—pregunta Viserys en voz baja.

—Ella me invitó—responde simple. —No vas a echarnos, ¿o si?

—Pueden quedarse...—dice Rhaenyra para recibir una mirada de su padre. —Es mi banquete, y el de Laenor... ¿Que dices?—pregunta volteando a verlo. Laenor encoge los hombros y asiente después.

—Tomen asiento—dice sonriendo a su hija pequeña y después, cuando vuelve a Daemon se pone serio. Gira y hace una señal para que llevarán dos sillas, una para Daemon y otra para Vaenya.

Ella estaba feliz aunque tuviera la mirada seria. Se sentó al lado de Daemon y cuando se cruzan miradas este sonríe.

—Sean bienvenidos y gracias por unirse a esta celebración—empezó el rey. —Esta noche es solo el comienzo. Honremos al aliado más antiguo y leal de la Corona: la casa Velaryon. Desde la antigua Valyria y la era de los dragones. Con la casa Targaryen y la..

El rey se detuvo, todos vieron a donde estaba viendo. La reina vestía de verde y camino por el salón a la mesa. Todos se pusieron de pie al verla, menos Vaenya y Daemon.

Después de dar la hora buena se puso al lado del rey que después mando a sentar a todos.

—... La casa Targaryen y la casa Velaryon unidad. Espero que sea el comienzo de una segunda era de los dragones en Westeros—al terminar esa frase todos aplaudieron hasta Vaenya. —... Tras la modesta celebración de esta noche. Siete días de torneos y festejos... Cuando eso acabe, una boda real entre mi hija, mi heredera su futura reina y Ser Laenor Velaryon, heredero de Driftmark.

Vaenya volvió a aplaudir con las masas recargada en la mesa.

Los prometidos empezaron a bailar para dar inicio al baile... Y cuando terminó todos se pusieron de pie para bailar aunque Vaenya estaba más concentrada en lo que podía comer en la mesa.

—Quiero eso que esta ahí—le dice Vaenya a Daemon mientras apunta a lo que quiere.

—... En el valle, los hombre responden por sus crímenes—dice un hombre acercándose a Daemon interrumpido las acciones del príncipe. Al parecer no le importo que una niña estaba ahí. —Hasta los Targaryen.

—¿Quién eres tú?—pregunta Daemon sin más.

—Ser Gerald Royce, de Runstone.

—¿Y?—pregunta Daemon.

—Soy el primo de su difunta esposa—responde acercándose a él. Vaenya pone atención a partir de ahí, estaba confundida de la intensidad del hombre.

— Ah, si... Terrible. Estoy desconsolado. Trágico accidente—dice Daemon.

—Sabes mejor que nadie que eso no fue un accidente—le dice tan seguro que Vaenya no puede verlo, le dio inseguridad.

—¿De qué habla, tío Daemon?—pregunta Vaenya viendo a su tío. Así Ser Gerald calma su expresión.

—Es un hombre sensible, Vaenya. Tu tranquila. Ser Royce y yo hablaremos después... En privado—le dice a su sobrina para después voltear a ver al hombre. Este no tiene más remedio que irse sin probar nada.

—¿Que dijiste que querías?—le pregunto Daemon volviendo a la normalidad.

—Eso—dice volviendo a apuntar a la comida que quería.

El baile fue largo aunque Vaenya no planeaba bailar, aunque Daemon se fue seguía comiendo al lado de Lionel que platicaba con ella de cosas sencillas, como el sabor del pollo o lo bien cocinadas que estaban las verduras.

Vaenya voltea a ver el salón y la mayoría estaba bailando, esta ve con ojos brillantes el baile.

—Quiero bailar—dice Vaenya llamando la atención de su padre.

—Vaenya no... —Viserys no termina de hablar cuando la niña baja de su silla y corre a la pista solo para ser interseptada por Ser Harwin.

Justo cuando escapo se escucha un grito entre la multitud que hasta a ella asustó. Volteo para irse, pero la multitud se comenzó a juntar haciéndole su huida difícil.

—¡Papá!—grita mientras es empujada por los invitados. Chocó contra uno y tuvo la vista perfecta de Ser Criston torciendole el brazo a Ser Joffrey.

—¡Detenganse! ¡Ya basta!—grita Lord Corlys.

—¿Donde esta Rhaenyra? ¿Donde esta Vaenya!—grita Viserys buscandolas con la mirada.

Vaenya sintió que la tomaban del brazo y la arrastraban a una esquina. Cuando volteo de dio cuenta que era su hermana.

—¡Háganse a un lado!—gritaba, pero nadie le estaba poniendo atención. —Debajo de la mesa, ve—le ordena a su hermana y justo cuando gatea para ponerse debajo de la mesa voltea esperando a que su hermana la siguiera, pero Ser Harwin se la lleva antes de eso.

Vaenya ve desde ahí la sangre manchando el suelo. Ser Criston no dejaba de golpear a Ser Joffrey. Cuando el cuerpo del chico dejó de moverse, Laenor se acerca a él... Cuando comenzó a llorar, Vaenya se cubrió la boca para que no la escucharán.

El salón quedó desierto y lo único que quedaba ahí era el olor de la sangre y los gritos de Laenor.

Estaba petrificada. Ser Criston le había destrozado la cara a golpes. Ni siquiera era capas de parpadear... Escuchaba de lejos que había que la llamaban.
Las náuseas eran insoportables. Terminó vomitando ahí mismo teniendo la cara desfigurada de Ser Joffrey.

No fue capas de llorar o de gritar, solo le daba asco. El sonido de los golpes, los gritos ensordecedores... Le daba asco sentir miedo.

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LET IT BURN ¦ Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora