21. La Noche

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Aviso que no soy buena haciendo estas escenas, pero es necesario para la trama

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Aviso que no soy buena haciendo estas escenas, pero es necesario para la trama.




































































































No podía describir lo bien que se sentía tener los labios de Aemond contra los de ella. No era una persona que diera besos de esa forma, ni siquiera con Joel.
Húmedos y suaves labios de un auténtico príncipe.

Pasa las manos entre el cabello de Aemond y él también lo hizo desatando su cabello, que cayó con gracia sobre sus hombros.

—Aemond, hay que...—susurra cuando logra separar un poco a Aemond de sus labios, pero no puede seguir hablando ya qué el príncipe parecía no estar de acuerdo en separarse de ella.

—Deja que pase, Vaenya. Por favor, por favor...—le pide posando sus manos en la cintura de la chica manteniéndola cerca de él. —¿Puedo?

Vaenya no era estúpida, sabía lo que se tenía que hacer, pero esta vez no sería con Joel, este era Aemond... Su pequeño príncipe.
No sabía cómo actuar, se estaba entorpeciendo y eso la hacía enfadar.

—Si...—dice asintiendo mientras desliza su mano al cuello de Aemond para volver a besarlo. Se estaba haciendo adicta a esos labios.

Aunque ya lo había hecho con Joel, nunca en sus cinco ocasiones que intentaron tener descendencia se habían besado más que en su boda. Vaenya no sabía lo bien que se sentía besar mientras iban a consumar el acto.

Con su permiso desata el vestido, cada vez lo sentía más flojo y llegó a un punto en el que se deslizó por sus hombros. Vaenya desabrocha la camisa de Aemond al mismo tiempo que él su vestido... Así los dos, casi a ciegas van a la gran cama de Vaenya.

Aemond se encargo de recostar a Vaenya con cuidado hasta quedar ahí los dos. Aemond tenía una vista perfecta de ella y Vaenya también.

El príncipe termina de quitarse sus prendas mientras Vaenya trataba de controlar su respiración... No sabía porque le emocionaba tanto. Estaba llena de inquietud, casi como is tuviera una opresión en el pecho qué no se calmaba...

LET IT BURN ¦ Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora