LET IT BURN ¦ Aemond Targaryen

17. Deber

Había sido una noche larga, no había podido conciliar el sueño mucho tiempo, estaba inmersa en sus pensamientos, en todo lo que pasó... La cabeza del hombre frente a ella sangrando en su mano... Hasta que Aemond se fue recordó qué su rostro tenía sangre de hombre y sus manos También. ¿Como fue capas de tocarla en ese estado?

Después de un baño fue a dormir, pero la conversación que había tenido con su hermano menor le quitaban las ganas de conciliar el sueño terriblemente. Pero una noche sin dormir lo era excusa para no revisar como estaba Joel.

Había bebido demasiado con Aegon. Fue a su habitación temprano solo para recibir la noticia de que Joel no estaba en su habitación, en su lugar estaba una cama bien tendida y un par de mozas.

—¿Saben esta?—le pregunto a la mayor.

—En la herrería, mi princesa—responde la joven antes de la mayor.

—Gracias—le dice para después irse.

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No debería de poder trabajar. No después de lo que pasó anoche.
Aceleró el paso hasta llegar a la herrería donde solo una caldera estaba encendida. Después de un festejo los Argent no trabajan, al parecer Joel no le importaba golpear metal desde temprano.

—¿Qué haces aquí?—le pregunto Vaenya acercándose a él. Este le dedica una mirada. No llevaba camiseta, así Vaenya logró ver las quemaduras en sus brazos.

Joel voltea de nuevo a la caldera y saca con unas pinzas grandes el pedazo de metal del carbón.

—Trabajando—responde. —¿Y tu?

—Te estaba buscando—contesta viéndolo. —Ayer...

—Si, sobre ayer... —dice cerrando los ojos un segundo antes de poner el pedazo de acero en la base. —¿Tu lo... Hiciste?

—¿De qué hablas?—pregunta Vaenya frunciendo el ceño.

—Con Aemond, lo hiciste con Aemond—le dice mientras agarraba bien el martillo con el que iba a golpear el acero.

—Claro que no, ¿porque?—pregunta pero se detiene justo ahí para verlo interrogante. —No estabas tan ebrio como lucias verdad...—le pregunta y Joel cierra los ojos con resignación dándole la razón. —¿Porqué?

—No hay razón, Vaenya. Es solo que...

—Siempre hay una razón, Joel. ¿Qué estabas tramando? ¿Hablaste con Aemond acaso?—le pregunto buscando su mirada que Joel constantemente se negaba a darle, en su lugar vuelve a poner el acero en el carbón rojo.

—No, Vae, estas malinterpretando las cosas. No es tan... —antes de terminar Joel saca el acero y cuando estaba por ponerlo en la base Vaenya detiene el acero al rojo vivo con si mano logrando así obtener la mirada de su esposo.

—¿No es tan... Qué?—pregunta firme y algo agresiva. Estaba enojada, no podía disimularlo.

—Catastrófico como piensas—dice Joel.

—¿Porqué fingiste estar en ese estado?

—Sé que eres una amante del honor y el deber, Vaenya. No quería que hicieras algo solo porque tienes que hacerlo.

—¿De qué mierda hablas?—pregunto alterada.

—¿Qué se hace después de la boda, Vaenya?—pregunta como respuesta. Vaenya asiente muchas veces entendiendolo. Esta toma tira del acero y lo acerca a ella.

—¿Querías que lo hiciera con Aemond?

—No lo veas así...

—¿Como carajos quieres que lo vea?

—Vaenya no podía... —confiesa por fin. —Lo siento.

Vaenya solo deja la barra al rojo vivo en la base.

—Pensé que... Bueno, tu manera de hablar de él...

—Es mi hermano menor—poniendo énfasis en menor. —Lo amo, si... Pero estoy casada contigo ahora y mi...

—Eso es lo que no quiero Vaenya, nuestro matrimonio es solo un acuerdo. Los Argent les dan espadas y armaduras de la mejor calidad a tu familia y ustedes...

—Desendencia Valyria—completa Vaenya. —Eso lo sé. No soy estúpida.

—Nunca dije que lo fueras—dice Joel. —Lo siento. Mi primera falla.

—Y espero que sea la última—le advierte apuntandolo con su dedo.

—Entendido—le dice para que esta al final se diera la vuelta y se fuera de ahí.

Estaba muy enojada, ¿como pudo hacerle eso? Ella sabía su papel, sabía cuál era su rol y él se atrevía a cuestionarlo... No tenía honor ni respeto al deber, solo era un chico...

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