La corona pedía desesperadamente a un heredero, en cambio... Nació ella, solo una princesa.
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Una versión remasterisada de HUNTING A BEAST.
Se cambiaran los hechos de la serie y muchos elementos. Como las edad...
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Sentía vergüenza consigo misma, había golpeado como una lunático a Ser Criston Cole. En su mente pasaban las miradas asustadas de sus hermanos y sobrinos. ¿Así se había visto ella cuando vio a Ser Criston desfigurar a Ser Joffrey? Apostaba qué si.
Se cubrió el rostro con su mano libre, sus nudillos estaban irritados... Aunque no esperara que se curará en un día. Su padre habló con ella seriamente y ahora estaba sentenciada a su alcoba un par de días...
—¿Vaenya?—escucha en la puerta de su habitación.
—¿Que sucede, Aemond?—le pregunto Vaenya sin verlo. Reconocía los pasos torpes de ese niño con los ojos cerrados.
—¿Estas bien?
—¿Qué quieres?—le pregunta pasando sus dedos por sus ojos.
—Quería saber cómo estabas, saludar... —dice Aemond yendo a sentarse a su lado, este iba a tomar su mano, pero Vaenya la aleja de él.
—¿Si ubicas la distancia de tu habitación con la mía? No me creo que vengas a saludar—le dice.
—Eres mi hermana, ¿no puedo pasar tiempo contigo?—le pregunto y Vaenya se recargaba en la silla viendo a Aemond.
—No.
—¡Vaenya!
—Las visitas sin propósito las tiro por la ventana, preguntale a Aegon—dice apuntando a la ventana. La cara que puso Aemond después la hizo rectificar su posición. —¿Cómo están las cosas afuera?
—... Hubo otra pelea, entre Ser Criston y Ser Harwin.
—Mierda, ¿porque?—pregunto dejando de cubrir su cara y este no contestó. Aemond baja la mirada y ve sus nudillos rojos. Esta cierra el puño y lo esconde. —Lamento que tuvieras que ver eso...
—No importa—dice sonriendo.
—Si importa—responde recargandose en su mano. —No debí exaltarme de esa manera. Estoy bien y me recuperaré.
—Escuche a papá después de que hablara contigo—confiesa sin siquiera escuchar lo que había dicho su hermana. —... Hablaba sobre tu compromiso.
—¿Y?
—Te quiere casar con Aegon—Vaenya suspira y pasa su mano por su cara.
—No es una sorpresa—dice Vaenya volteando a ver la ventana, después de escuchar a Aemond quejarse pone su mirada en él. —¿Cual es el problema?
—¿No te molesta?—pregunta con el ceño fruncido.
—¿Porqué debería de molestarme?—pregunta Vaenya confundida.
—Es Aegon.
—Es un tonto, pero es nuestro hermano... Somos los mayores, era lógico que nos quisieran unir en matrimonio—le dice y Aemond se levanta de su silla para irse molesto. —¡Aemond!
