LET IT BURN ¦ Aemond Targaryen

15. La Princesa Y El Cuchillo

Vaenya ya era parte de la casa Argent. Era la nueva mujer de Plata de esa familia... Ni siquiera sabía que era el título qué iba a obtener cuando se casara. Todos parecían divertirse, incluso su ahora esposo bailando con varias copas encima junto a Aegon.

—¿Vas a bailar?—le pregunta Viserys a su hija que tenía a su lado, ella niega con la cabeza. —Es tu boda.

—Hice el baile ceremonial, ¿no bastó?—comenta sin apartar la mirada de su esposo bailando. Parecía estar más feliz de lo que ella estaba.

—Él es un chico muy carismático—le dice Viserys y ella asiente.

—Es muy hiperactivo. Le gusta trabajar con el acero a altas horas de la noche—responde. —, trata de crear acero valyrio.

—Eso es imposible—le dice Viserys viéndola insistente.

—Eso le dije, pero es muy terco.

—Son tal para cual... —comenta en un suspiro mientras vuelve a ver hacia al frente donde estaba su hijo Aegon y Joel bailado hasta que Aegon se tropieza y hace el ridículo. —, me preocupa que se este juntando mucho con Aegon.

—Me lo va a echar a perder—lo apoya asintiendo. —Mejor voy por él...

Justo cuando ella se puso de pie, Aemond también lo hizo... Vaenya fue la única que se dio cuenta que su hermano menor se había puesto de pie de esa manera. Se quedo parada un segundo viendo a Aemond qué también la veía.

Alicent y sus hijos estaban de su lado derecho, mientras que su padre y su hermana mayor estaban a su lado izquierdo. Esta va a la derecha topandose con Aemond.

—¿Bailamos?

—No voy a bailar, iré por Joel—dice ella volteando a ver a la pista de baile como todos bailaban mientras que su hora esposo y hermano Aegon trataban de bailar.

—Es humillante.

—No siempre es así—dice Vaenya para después voltear a ver a Aemond. Este seguía siendo más pequeño que ella al menos por un par de centímetros, pero aún así nunca logro intimidarlo como lo hacía con Aegon.

—Sigo sin creer que te hayas casado—le dice Aemond tratando de no hacer ninguna expresión en su rostro.

—Yo sigo sin entender porque te molesta tanto... Era mi deber contrar matrimonio, de hecho lo atrase un año.

—Te mereces más que un herrero—le dice en voz baja.

—Es el futuro Lord de su casa, no es un simple herrero.

—Eres la princesa domadora del fuego, tu piel es incapaz de arder y tienes un dragón qué se incendia a si mismo y crece de manera acelerada—comenta volteando a ver a Joel. —¿Crees que Joel Argent... Es digno?

Justo cuando Aemond dice eso, Joel tropieza y cae hacía atrás golpeando a alguien, un miembro de una casa noble, pero no lograba identificar quien era. No se hizo esperar una pelea qué paralizó a Vaenya.

Eran sólo miembros de casas menores, entre más personas que trataban de separarlos y las personas dispuestas a golpear a todo aquel que tratara de lastimar a su familia estaba haciendo un escándalo.

Por el alboroto su padre se puso mal, estaban haciendo lo que podían, pero era un caos. Sin dejar que nadie la detuviera, ni siquiera Aemond puso hacer qué se acercara a la multitud.
Empujando a todos tenía a su objetivo en la mira, estaban golpeando al qué ahora era su esposo. Tomo una de las dagas de las capas blancas y fue directo con el hombre que tropezó con Joel.

Vaenya con fuerza apuñala en la jugular y arrastra la hoja hacia arriba haciendo que la sangre le salpicara en la cara y salió aún más cuando retiro la daga.

Todo se quedo quieto. Vaenya seguía teniendo la daga y sin pena ve a todos los presentes que la veían con terror.

—Si quieren terminar como él sigan con su tiranía...—dice Vaenya viendo como todos estaban paralizados. —, ¿Estas bien?—le pregunta a Joel qué estaba en frente de ella recuperando el aliento.

Tenía una ceja partida al igual que el labio. Este asiente con rapidez cuando aparece Aemond al lado de él.

—Estas llena de sangre, hermana—le dice Aemond amable. —¿Puedes caminar, joven Argent?—le pregunta a Joel qué estaba en el suelo.

—Si, yo...

—Ayudame, Aemond. Y en cuanto al reto... Ya se pueden ir, el banquete se acabó. Gracias por venir—dice y ve a lo lejos la mesa donde estaba ella.

Todos estaban de pie, agradeció a los dioses qué los hijos de su hermana no estaban ahí, se habrían traumado de verla matar a alguien. Daemon con burla comienza a aplaudir.

—Viva la mujer de Plata—dice Daemon sonriéndole. —Y que siga protegiendo a los lores Argent.

Con inseguridad comenzaron a aplaudir todos. Poco a poco la celebración se volvió eufórica y llena de alegría. Como si estuviesen contentos de tenerla en la familia. No sabía si era verdad o solo compromiso, pero después de una mirada y de que Aegon se fuera con su madre. Aemond se ofreció a ayudar a Joel a la cama.

Vaenya después de aceptar a ayuda de Aemond se fueron a recorrer los pasillos. Joel estaba entrando a una etapa extraña de vino, estaba insufrible o más bien adormilado, y diciendo estupideces.

—Vamos, Joel. Pon duras esas piernas, ya casi llegamos a tu habitación—le dice Vaenya a Joel qué al parecer trataba con todas sus fuerzas seguirle el paso a los hermanos.

—Lo siento mucho, princesa. No quiero causarte problemas—le dice Joel viéndola.

—Mejor cállate—dice Aemond poniendo los ojos en blanco para después verlo. —¿Como se te ocurre beber así en un día como este?

—Deberías verme en las mañanas...—bromea tratando de no reírse.

—No digas nada que te incrimine, Joel.

—Perdoname Vaenya, no se si podre consumar el matrimonio... Lo juro—le dice Joel.

—Eso lo veremos después—contesta mientras abre la puerta de la habitación.

Los tres entran y en cuando Aemond deja a Joel caminar este se cae al suelo tras perder el equilibrio quedando profundamente dormido.

—Que gran esposo te conseguiste...—comenta Aemond con sarcasmo.

—Eres muy gracioso. Llevemoslo a la cama—le dice Vaenya.

Aemond lo toma por las axilas y Vaenya los pies y así lo logran meter a la cama donde el mismo Joel se acomoda en ella.

—Imagino que no dormirás aquí...

—De ninguna manera lo haré—dice y procede a irse con Aemond atrás de ella.