𝑰 𝒉𝒂𝒕𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒐𝒓𝒆 - 𝑨𝒏𝒂𝒌𝒊𝒏 𝑺𝒌𝒂𝒚𝒘𝒂𝒍𝒌𝒆𝒓

(𝗔𝗰𝘁𝗼 𝟮) 𝟮𝟯 - 𝗦𝗶𝗻 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀

POV ALASTAIR

Me pellizqué el puente de la nariz con frustración.

Una tarea. Le pregunto a una simple tarea a las personas en las que supongo que puedo confiar, y dos veces esta semana me han deprimido.

Ese sirviente pícaro lo puedo entender, pero Luca me tomó por sorpresa. Fue un espía leal durante bastante tiempo, por lo que asumí que haría el sacrificio que le pedí. Pero me falló cuando al final más lo necesitaba.

Me burlé de mí mismo. Fue ingenuo al pensar que le daría Alderaan; él, un guardia de palacio novato sin conocimiento ni experiencia en el liderazgo. No habría durado ni un día.

Al final, me doy cuenta de que pedirle que haga un sacrificio como ese puede no haber sido la elección más sabia. Parece que era más leal a su pequeña novia que a mí.

Y mira a dónde lo sacó eso. El amor es una debilidad.
Eso es lo que me enseñó mi padre. Y la aparente muerte de Luca solo lo demostró aún más.

Después de ese pequeño truco que hizo tratando de amenazarme amenazando a Allana, empecé a dudar de todo mi plan.

Pero lo que no sabía es que yo había estado preparado para un incidente de traición por su parte.

Otra lección que aprendí de mi padre es que en este mundo, no puedes confiar en nadie. La gente siempre te deprimirá.

Pero de todos modos, cuando le di a Luca su enlace para que se comunicara conmigo, deliberadamente programé el dispositivo para grabar cada conversación en la que se entrega con solo pulsar un botón. Así que ahora, tengo la confesión de ambos Allana de que es la Reina y la participación de los Jedi desde la cueva. A pesar de que mi plan original no funciona, todavía hay mucho que puedo hacer para destruir su vida, en caso de que no cumpla.

Sí, a pesar de que ella está a salvo y todavía está disponible para aceptar mi oferta, no logré lo que esperaba que sucediera en el baile. Quería plantear amenazas vacías para que volviera arrastrándose a su pequeño Templo Jedi, del que ahora conozco la ubicación exacta; Luca no era del todo inútil, pero ahora tendré que encontrar otra manera de llevarla de vuelta allí.

Entonces se me ocurrió un pensamiento. Por lo general, soy un hombre de palabra, y eso se aplica a esta situación, ya que le di un mes para considerar mi oferta, y en ese tiempo todavía tengo que prepararme para saber cómo responder si ella dice que no. Pero, ¿y si cambio el juego? Tengo pruebas de su verdadera identidad, que ha pasado su vida tratando de proteger. Si eso no es un incentivo para hacerla aceptar mi oferta, entonces seguramente habrá declarado la guerra.

Mi frustración se convirtió rápidamente en esperanza mientras formulaba un plan para llevarla de vuelta al Templo. Sonreí mientras todo se moldeaba en mi cerebro. Parece casi demasiado fácil, pero no me quejaré ahora.