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❝ NUMBER ONE DAD ❞

SIMON RILEYFEM! oc

SIMON RILEY ✗ FEM! oc

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──── Llevo cuatro días sin dormir y me arrastras a un parque lleno de padres molestos y sus espermatozoides de mascota ──── murmuró tu esposo mientras sostenía a su hija sobre los hombros. 

──── Pero papá, yo quería ir ──── gimoteó su hija mientras jugaba con la capucha de Simón. Tenía cinco años y había tenido un día duro en la guardería. Todo porque no pudo quedarse en casa con papá, que era aparentemente su nuevo sitio favorito.

Para Rosie cualquier lugar era su favorito mientras su padre estuviera con ella, no importaba la hora. Era su heroe, despues de todo.

──── Por eso estamos aquí, palomita ──── dijo Simón mientras la bajaba suavemente en el suelo y ella echaba a correr hacia los columpios. Agarraste su mano y él detuvo su andar detras de la niña, solo para dar media vuelta y agarrarte de la cintura, estampando sus labios en los tuyos en un corto, pero significativo beso. Llevaba la capucha de su chaqueta sobre la cara ya que no quería ponerse el pasamontañas porque no quería asustar a Rosie, pero aun asi debia permanecer desapercibido.

 Cuando su pequeña nació, Simon juro por su vida que su hija jamas lo veria usar aquella mascara que solia ocultar su rostro. Su Rosie no conoceria a Ghost, solo a Simon. Recordabas aquel dia como ningun otro, parecia estar grabado a fuego; solias soñar con la imagen de tu soldado de casi un metro con la bebe en sus brazos, viendose diminuta a comparacion de su tamaño. Estabas presente en el momento que el hizo aquel juramento, y podias asegurar que nunca habia roto su promesa.

 Los dos se acercaron en un banco cerca de la zona de los columpios, sentandose en el duro asiento para ver a su pequeña divertirse en losjuegos. Simon te rodeó con uno de sus brazos y tú te recostaste a su lado, tu cabeza apoyada en su hombro disfrutando del fresco dia. 

 Cuando llegó ayer a casa después de dos meses fuera, se sorprendió al ver a las dos con regalos para el. Rosie estaba más interesada en enseñarle sus nuevas converse que en el hecho de que su padre estuvo fuera por tantos dias, aunque no la culpaban; su inocencia aun le impedia darse cuenta de cuanto tiempo su padre se ausentaba y el porque lo hacia. Lo que él no sabía es que los tres tenían un par de zapatillas a juego, que justo hoy llevaron al parque.

 Los dos mantenían una conversación trivial, pero él no perdía de vista a su hija en ningún momento. Ella estaba jugando en las barras del mono. Para llamar su atención, chocaste su pierna con una de tus manos, mientras te inclinabas mas cerca para darle un beso en el cuello. Lo miraste con picardia, lo que le hizo sonreír socarronamente antes de volver su vista hacia donde Rosie estaba. Te volviste a acurrucar a su lado, todavía un poco nerviosa porque aún no habían tenido un "uno contra uno" y él llevaba sus vaqueros pitillo favoritos, aquellos que se ajustaban perfectamente a sus muslos y que el maldito sabia, te volvian loca

 Rosie jugó durante horas y tú y Simon querían ya volver a casa, pero ella había pedido 5 minutos mas, por lo que los dos cedieron ante su puchero y esperaron hasta que volviese.

Todo iba bien hasta que aquel chico que parecía estar al mando empujó a Rosie por detrás, haciendo que tastabillara con fuerza y por poco cayera al suelo.

 Hicieron falta todas tus fuerzas para evitar que Simon fuera tras él. Estabas enfadada, pero el temperamento de tu marido tenía que estar bajo control; cuando se trataba de la seguridad de Rosie, a Simon no le importaban las consecuencias de sus actos.

 Conseguiste que se calmara, aunque maldijera y murmurara en voz baja.

 Sabías que estaba bien después de que la empujaran al suelo. La niña logró recuperar la compostura, y no pasaron ni cinco segundos antes de que agarrara un puñado de tierra y se la tirara a los ojos a aquel mocoso, le dio una patada en la espinilla y lo hizo llorar antes de que corriera hacia su madre, todo esto bajo la estupefacta mirada tuya y de Simon. Rosie se acerco a pasos alegres hacia donde ambos estaban y subio con rapidez al regazo de su padre como si nada hubiese pasado, y aunque no se quejó de su rodilla desollada, se quejó del barro en sus converse nuevas. 

 Pusiste los ojos en blanco al darte cuenta de donde saco aquel temperamento tan inestable. Dejaste un suave beso en su cabeza y prometiste que se las limpiarías tan pronto llegasen a casa, ganandote una de sus sonrisas mas brillantes.

 Los dos se estaban preparando para irse, dispuestos a abandonar el drama del patio, cuando cna mujer y el niño que Rosie había empujado vinieron corriendo hacia ustedes. Sólo podías suponer que era su madre quien traia al niño de la mano y su padre los seguía detrás. 

 Le diste una mirada divertida a tu marido y pudiste sentir su sonrisa burlona. Simon nunca era vocal en ninguna situación social así que te sorprendiste un poco cuando empezó a hablar.

──── ¿Vienes a disculparte? ──── preguntó y la mujer pareció sorprendida y hasta ofendida por el comentario sacrastico de Simon. Sentiste su mano tomar la tuya con fuerza, mientras su pulgar daba suaves caricias en el dorso, mostrandose como un equipo unido, no tanto como la pareja de frente suyo.

──── ¿Qué? Claro que no. Tu mocosa le ha dado una patada a mi precioso bebé ──── el niño sacó la pierna apenas raspada y la madre parecía que iba a llorar. Aunque Simon parecía muy molesto, dejó escapar un suspiro tratando de contenerse para no hacer una escena delante de todo el mundo en el parque.

──── Bueno señora, lamento darle la mala noticia, pero su hijo Chuky derribó a mi pequeña, ella solo se defendio. No tengo porque disculparme por eso ──── 

 Apretaste su mano con fuerza tratando de contener las ganas de reir por el apodo que le dio al niño, mejor te ocupaste en esconder el rostro de Rosie contra ti, ya que ella no se preocupaba en ocultar la risa que le dio aquel comentario.

──── ¡Harlod! ──── gritó y su marido se acercó a ella, su mirada aterrada intercalada entre su mujer y Simon ──── Dile algo, ahora ──── obviamente fingía llorar mientras sostenía a su hijo. 

 Simon sobresalía fácilmente por encima de Harlod, lo que hizo que éste temblara como cachorro, visiblemente intimidado ante la masa que era tu esposo.

──── Creo que nos vamos. Antes de que mi marido se enfade ──── Te dirigiste a ambos antes de marcharse, mientras se los oía discutir de fondo. Pero a ti y a Simon no podía importarles menos.




───── 𝐖𝐑𝐈𝐓𝐓𝐄𝐍 𝐁𝐘

alegrvs en tumblr 


𝗚𝗛𝗢𝗦𝗧 ⋆ one shootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora