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❝ NOTHING'S GONNA HURT YOU ❞

SIMON RILEYFEM! oc

SIMON RILEY ✗ FEM! oc

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     ──── ¿Ghost? ──── pronunciaste su nombre en voz baja, principalmente para esconderte del enemigo, pero también para ocultar el temblor en tu voz.

──── Estoy aquí, Búho. Voy a por ti ──── podías oír a Simon corriendo, y trataste de concentrarte en los sonidos que hacía en vez de en el punzante dolor que sentías en el muslo y el costado de tu cadera.

Era culpa tuya. De todo. Se suponía que debías estar en el tejado, no en el maldito suelo. Eres una francotiradora, mierda. 

Pero estando sobre el suelo, viste a dos hombres dirigiéndose hacia donde estaba el coche de huida del equipo. No ibas a permitir que te robaran el vehículo, pero si les disparabas, alertarías a los demás, y tu posición se habría visto comprometida.

Sabías cómo luchar mano a mano, aunque nunca te gustó enfrentarte al enemigo cara a cara y tus ojos se usaban mejor en la superficie, por eso eras francotiradora y te llamaban Búho, Ghost y Soap te entrenaron para derribar a hombres tan grandes como ellos.

El primero cayó rápidamente, estaba despistado y lo sorprendiste, por lo que en segundos estaba gorgoteando sobre su propia sangre en el suelo. El segundo te inmovilizó contra la pared, lo que te llevo a tomar tu segundo cuchillo de la correa del muslo derecho y atravesarle el estómago dos veces. Se estaba zafando de tu agarre cuando sentiste que el cuchillo que habías usado con él te perforaba el muslo y subia lenta y dolorosamente por toda tu cadera.

Gritaste em agonía y podias jurar que la punta del frio metal logro tocar el hueso de tu cadera. Un alarido salió de tu boca antes de que pudieras detener al soldado y terminar con el con un movimiento dificultoso. Tu muslo palpitó cuando le asestaste un último golpe en el cuello, y caíste contra la pared, parpadeando para que desaparecieran las lágrimas y los puntos negros que colmaban tu vista. Oíste que alguien te llamaba por el comunicador, pero no tuviste tiempo de responder, no cuando el tercer hombre vino detrás de ti. Debió de oírte gritar. 

Te rodeó la garganta con sus musculosos bíceps y apretó con fuerza, tratando de quitarte el aire mientras te inmovilizaba congtra el. La lucha y la huida se pusieron en marcha. La andrenalina corría por tu torrente sanguíneo y, sin pensártelo dos veces, le mordiste el bíceps con fuerza. Él maldijo y se apartó de ti durante una fracción de segundo, lo que te dió la oportunidad de respirar. Tropezaste hacia delante contra su cuerpo, pero él te atrapó, haciéndote girar y acercándote de forma imposible. 

Todo te daba vueltas en ese momento, no podias controlar tu cuerpo ni tu mente, no coordinabas tus movimientos. La faltra de sangre y de aire te estaban jugando una muy mala pasada.

𝗚𝗛𝗢𝗦𝗧 ⋆ one shootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora