Forever & Always // Taylor Swift

six - insecurities.

EMMA SE VEÍA PRECIOSA en su traje de porrista. El color azul y blanco le quedaba perfecto y combinaba con sus ojos.

Taylor no podía dejar de observarla desde el otro lado del pasillo, había un partido de fútbol americano en casi una hora y D'Angelo debía retiraste para comenzar su presentación.

¿Cómo hacía para ser tan hermosa? Eso era algo que Taylor se lo preguntaba con frecuencia.

Unos minutos después de estar observándola, por fin Emma volteó e inesperadamente se encontró con la fija mirada de Taylor en ella. Ambas hicieron contacto visual hasta que la chica D'Angelo le hizo una seña con la cabeza indicándole que la siguiera. Los pasillos estaban casi vacíos ya que la mayoría de los estudiantes ya se encontraban en las gradas.

Emma entró al cuarto de limpieza con la rubia siguiéndola disimuladamente, casi dos minutos después Swift entró.

—Creí que no vendrías —habló D'Angelo sonriéndole.

—Jamás podría no seguirte hasta aquí —rió y volteó para ponerle seguro a la puerta —Ese uniforme te queda precioso.

—¿Mmm...? ¿Te gusta? —sonrió, Taylor se acercó a ella.

—Claro que sí. Todo te queda bien —la rubia puso con nervios sus dos manos en la cintura de la otra, aún no se acostumbraba a tener ese "privilegio" —Aunque no me gusta que otras personas te miren, ¿sabes?

—No puedo evitarlo, soy irresistible —bromeó provocando una risa por parte de ambas.

—Lo eres —admitió. Taylor pasó una de sus manos por el abdomen descubierto de Emma haciendo círculos con su dedo índice.

—Tengo muchas ganas de que me des un beso ahora mismo —dijo D'Angelo. Swift le sonrió e inmediatamente juntó sus labios con los de la otra chica atrapándolos en un beso apasionado.

Las manos de Taylor recorrían el abdomen y la cintura de Emma. Pero después de dos o tres minutos de puros besos, bajó sus besos a su mandíbula y luego al punto débil del cuello de D'Angelo.

—No hagas marcas, no tengo maquillaje aquí —pidió, la rubia asintió y le dió un corto beso antes de seguir con su trabajo.

—Aunque me gustaría dejarte llena de marcas para que sepan que no estás disponible —besó su mandíbula y luego hizo contacto visual —Sabes que no quiero compartirte, Emma.

Taylor hormonal, nada nuevo.

—Sólo te quiero a ti —afirmó. La chica de cabello castaño se separó unos centímetros y vió la hora en su teléfono —Debo irme, tengo que empezar esto.

—Te veo desde las gradas —avisó la rubia.

—Nos vemos luego —le dió un rápido beso.

—Nos vemos luego, preciosa. ¡Lo harás genial!

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—Estuviste perfecta, como siempre —dijo Taylor cuando ambas estaban caminando hacia la casa de la chica D'Angelo.

Swift estaba por conocer formalmente al padre de Emma ya que a su mamá ya la conocía. Nunca había ido a la casa de la chica, por eso también estaba nerviosa pero feliz y ansiosa al mismo tiempo.

—Gracias, Tay —le sonrió.

Cuando llegaron a su destino, Emma le sonrió a la rubia dándole confianza para ingresar a la casa.

Para Taylor era un lugar bellísimo y acogedor. Todo estaba perfectamente decorado con tonos similares. Emma le dió un leve apretón en su mano antes de acercarse a su padre que estaba de espaldas a ellas sentado en el sofá de la sala de estar.