forty four - welcome, Rocket and Ron.

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HOY SERÍA UN DÍA especial y de mucha ansiedad, pues a Emma le habían propuesto algo.

Emma es una persona amante de los perros, a diferencia de Taylor, ella sí podría tener y cuidar de uno de ellos. Le hacía mucha ilusión el finalmente tener uno, ya que sólo había tenido uno en su infancia que había adorado con todo su corazón.

Pues la mamá de Claire cuidaba de varios perros en su propia casa en Nashville. Solía rescatarlos de la calle y ella los adoptaba felizmente hasta encontrarles un hogar.

Emma había hablado con Ellen sobre que a ella le gustaría adoptar a uno de ellos. Pues ya de por sí le gustaban y le parecía lo más justo teniendo en cuenta que Taylor la hacía convivir con tres gatos.

Uno revoltoso, otra que vive comiendo y una que vive de mal humor.

Ellen más que feliz le dijo que ella le avisaría, y ese día llegó.

Un Bulldog Francés en Nashville estaba esperando por un hogar, y Emma fue la primera en decir que ella lo cuidaría.

Pero habían dos problemas.

TAYLOR.

GATOS.

—Tay —habló Emma entrando a su habitación, la rubia se encontraba acostada leyendo un libro. Benji estaba recostado en su regazo, Meredith y Olivia en el final de la cama.

—¿Qué sucede? —preguntó dejando el libro a un lado, la modelo se acercó con una sonrisa.

Debía convencerla.

—Tay... —tomó sus manos —Tú sabes que a mí me encantan los perros —Swift hizo una mueca.

—Lo sé.

—Más que los gatos, sin ofender, chicos.

—También lo sé.

—Ellen me llamó —Taylor sospechaba a dónde venía esto —Me dijo que tiene un Bulldog Francés esperando por un hogar...

—Oh, Emma —la rubia negó —No, no podemos.

—Es pequeño, Tay. Es algo justo, a mí no me gustan los gatos, sin ofender de nuevo, chicos.

—No estoy familiarizada con perros.

—Él te encantará... —juntó sus labios —Por favor, Tay...

—Emma... tenemos tres gatos aquí.

—Será amigable —aseguró —Por favor, por favor, por favor.

—Meredith no estará feliz.

—Ella nunca está feliz —Taylor la miró con una mala cara y le dió un suave empujón —¡Oye!

—No hables así de nuestra hija mayor.

—Ya, lo siento —se disculpó —Por favor, Tay. ¿Podemos tenerlo? —la rubia suspiró.

—Bien, haré el esfuerzo. Sólo porque tú te familiarizaste con ellos —miró a sus gatos —Dile que sí, lo cuidaremos.

Forever & Always // Taylor SwiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora