Capítulo Veintiocho.

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Apretando el plastico entre sus dedos, Sungie se mantuvo escondido detrás de la isla de la cocina, intentando tranquilizar los jadeos que salían de sus labios para poder escuchar su entorno. Todo parecía tranquilo en el apartamento, el silencio erizando su piel al tiempo que su corazón tronaba en su pecho con fuerza, haciendose eco en sus oidos como un tambor.

Estaba acurrucado debajo de la superficie de marmol, sus piernas contra su pecho, intentando hacerse pequeño en el reducido espacio. Las patas del banco de metal se sentían frías cada vez que tocaban la piel de sus brazos por error, dandole escalofrios, pero estaba poco dispuesto a abandonar su rincón.

Algo cayó en el pasillo que daba a las habitaciones, asustandolo.

—¡Noooo!

La voz de Felix pareció llegar a todos los rincones de la casa, enviando un temblor de anticipación por su cuerpo.

Dando un salto, quitó un banco de su camino, decidiendo que era el momento de huir antes de ser el siguiente en la lista.

—¡Te encontré, mocoso!

Girandose, observó con los ojos abiertos de par en par a su tío Minhyuk  entrar a la cocina. Felix colgaba laxo sobre su hombro, los detalles rosa en la parte baja de sus jeans, brillando en su dirección.

Su hermano había sido atrapado, como había supuesto.

Minhyuk  sonrió de forma diabolica—. No puedes escapar de mi, Jisung.

—Aun no me has atrapado, Minhyuk . —replicó.

—Solo es cuestión de tiempo, no tienes escapatoria.

Los ojos del menor se estrecharon—. ¡Debi saber que eras un traidor!

—Bah, tarde te has percatado de ello —se burló—. Ahora, rindete, tengo a tu hermano y si no quieres que algo malo le suceda, vendrás conmigo como un buen niño.

—¡No soy un niño!

—No, no lo eres —estuvo de acuerdo—. Eres un mocoso maleducado.

—¡Suelta a mi hermano ahora!

—No estas en posición de darme ordenes. —movió a Felix sobre su hombro, acomodandolo—. Puedo hacerle mucho daño, solo debes venir conmigo.

Sungie se sacudió—. ¡Jamás te dejaré hacerle daño!

—¿Y quién me detendra? —hizo un gesto despectivo en su dirección—. ¿Tu? No eres más que un enano mocoso que...

—¡Idiota! —se lanzó en su dirección, con los puños arriba, dispuesto a golpearlo.

Pero antes de que pudiese llegar a él, un arma se volvió en su dirección y el portador apretó el gatillo. Sungie escupió el agua que entró en su boca—. ¡Sungieee!

—¿Que?

—¡Su supone que eres de los buenos, ¿por qué rayos me disparas?! —abandonó el arma de agua en su mano, la cual se había vaciado hacia un buen rato, para poder pasarse las manos por el rostro, quitando la humedad.

Felix se encogió de hombros bajo su mirada de reproche—. Lo he meditado, creo que me va mejor como policia corrupto.

—Se suponía que tío Minhyuk  era el corrupto.

Tu Mirada en Mi - Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora