Apoyando la espalda contra la pared, Sungie observó a Felix mover sus piernas en vaivén por el borde de la silla en la que estaba sentado, antes de dirigir una mirada preocupada a la puerta a su izquierda. Luego de que el hombre moreno se hubiese desmayado, varios empleados habían salido a su auxilio y lo habían llevado al fondo del local, donde Sungie suponía era el área de descanso de los empleados. Ellos no habían sido invitados a entrar y aunque querían averiguar lo que sucedía, tenían más educación que solo entrar y ver.
Así que, en su lugar, habían pedido a una de las empleadas que los dejara quedarse allí hasta que supieran que el joven estaba bien. La vendedora que los había atendido en primer lugar los había llevado detrás del mostrador y les había ofrecido asiento antes de ella misma acomodarse en una silla un tanto alejada. Seguramente, vigilando que no se robaran nada, lo cual hubiera ofendido profundamente a Sungie de no ser porque ellos habían tenido que llegar a ese punto para conseguir dinero para los pasajes.
Ahora, podían ser catalogados de ladrones y no podían quejarse por ello.
—¿Estará bien?
Bajando la mirada, se encontró con los ojos preocupados de su hermano y le sonrió tranquilizadoramente—. Estoy seguro de que lo estará.
Felix asintió, abrazando la granja de hormigas, la cual había recuperado de su mochila, contra su pecho mientras dirigía su mirada a la puerta. A pesar de lo que había dicho, Sungie no estaba completamente seguro de lo que había sucedido. No tenía idea de porque el hombre se había desmayado como lo había hecho y no podía prometer que estaría bien, pero no era algo que pudiese decirle a su hermano. Felix seguramente se preocuparía más y por lo general, eso terminaba en lágrimas, cosa que Sungie odiaba.
—Mantén la tapa en su lugar —advirtió cuando los dedos del más joven vagabundearon sobre la parte superior del recipiente entre sus brazos—. Lo último que necesitamos es que llenes el lugar con hormigas.
—No iba a abrirla.
Sungie rodó los ojos, sabiendo de sobra que había leído bien las intenciones de su hermano. Su mirada giró a la puerta nuevamente cuando esta se abrió, el hombre rubio de antes apareció llenando el umbral. Su mirada azul se posó en ellos y Sungie sintió como Felix se pegaba a su lado en el momento en que se impulsó lejos de la pared.
—Hey, niños, ¿por qué siguen aquí?
Felix se adelantó un paso—. Nosotros queríamos saber si el señor que se desmayó se encuentra bien.
El rubio los miró por un momento antes de sonreír—. Él estará bien, solo fue un desmayo, en cuanto descanse un poco se sentirá mejor.
—Oh, eso es genial —Felix sonrió—. Dígale que realmente esperamos que se sienta bien pronto.
—Se lo diré. —prometió—. Pero en cuanto a ustedes, deberían volver a casa ya, sus padres deben estar preocupados. Compartiendo una rápida mirada, Sungie sonrió—. Tiene razón, debemos irnos ya.
—Adiós, que tengan una buena tarde. —Felix agitó la mano hacia ellos mientras Sungie lo arrastraba alrededor del mostrador y hacia la salida.
En cuanto estuvieron en la vereda, soltó el brazo del más pequeño y suspiró—. Eso no salió como esperaba.
—¿Como esperabas que fuera?
—Como los otros dos hombres que conocimos, ellos fueron realmente faciles de descartar.
Felix bufó una risa—. Si, porque uno estaba en condiciones de vivir en un geriátrico y el otro apenas era mayor que nosotros, es imposible que alguno de ellos nos hubiese dado a luz.
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Tu Mirada en Mi - Minchan
FanfictionAdaptación a Minchan. Con permiso autora original de ✨ @Always_Nina. ✨ Le agradezco infinitamente que me haya dado otra vez la oportunidad de hacer esta adaptación pues anteriormente la había hecho pero me borraron la cuenta, mil g...